Entre la discriminaci—n y la solidaridad: la construcci—n estratŽgica de identidad entre migrantes venezolanos en Quito, Ecuador Millanayachiykunapi huyaykunapipash: Venezuelamanta llaktayukkuna imasha, Quito, Ecuadorman shamushpa paykunapa kikinkay wi–ariymanta Between discrimination and solidarity: the strategic construction of identity among Venezuelan migrants in Quito, Ecuador Jorge Mantilla jmmantilla@uotavalo.edu.ec ORCID: 0000000277846667 Universidad de Otavalo (Otavalo, Ecuador) Cita recomendada: Mantilla Salgado, J. (2023). Entre discriminaci—n y la solidaridad: la construcci—n estratŽgica de identidad entre venezolanos en Quito, Ecuador. Revista Sarance, (51), 84 -104. https://doi.org/10.51306/ ioasarance.051.05 Resumen La migraci—n de personas venezolanas es un fen—meno ampliamente relevante en LatinoamŽrica. Gran parte de la literatura en las ciencias sociales, as’ como el lenguaje pol’tico y medi‡tico, han representado a estos colectivos como un todo homogŽneo, bajo la etiqueta de la nacionalidad. El presente art’culo cuestiona este posicionamiento, analizando Ñdesde un enfoque cualitativoÑ procesos de construcci—n identitaria entre ciudadanos venezolanos en Quito, Ecuador. Los resultados muestran que el desarrollo de identidades es un proceso din‡mico, abierto y estratŽgico. En escenarios marcados por la discriminaci—n o la xenofobia, se refuerzan narrativas identitarias asociadas a par‡metros Žticos y de clase. Por otra parte, la pertenencia nacional es enfatizada en situaciones en que esta puede ser utilizada para movilizar diferentes formas de capital. Este acercamiento a la identidad resalta la importancia de la agencia de los migrantes e invita a repensar el enfoque desde el cu‡l las ciencias sociales analizan fen—menos migratorios. Palabras clave: Migraci—n; Identidad; Venezuela; Ecuador. Entre la discriminaci—n y la solidaridad: la construcci—n estratŽgica Revista Sarance, N¼ 51 de identidad entre migrantes venezolanos en Quito, Ecuador (diciembre - mayo - 2024) Tukuyshuk Venezuela mamallaktamanta, chaypi llaktayuk kawsakkuna ashtakata llukshishpa shukman shukman rinahukmi rikurimushka kay Abya Yalapika. Ashtaka killkashkakuna chaymanta llukshimushka, shinallatak pol’tica ukupipash rimarishka, willachiykunapipash llukshishka, imasha kay Venezuelamanta llaktayukkuna shuklla shina rikchakunami rinahun nishpa. Kay killkaypika mana shuklla shina rikcha runakunachu nishpami riman, ashtawankarin shuk shuk kawsaykunami Venezuela mamallakta ukupika kawsanchik nishpa. Chaymanta imasha Quito, Ecuadorman shamushpaka imashalla paykunapa kikin kayta wi–achinahukmanta rimakrinchik. „ukanchik kikin kayta wi–achinkapakpa, allimantami wi–achirin, shukwan shukwan pakta rimarishpa, kawsashpa. Shinallatak shukkuna millanayachishpa manchanayachishpa rikunahukpika ashtawanmi shuk layaman paykunapa kikinkaypash wi–arinka, ashtawan karuyarishpa. Shinallatak kay killkaypi rikuchin, imasha wakinkipa paykunaka Venezuelamanta kan nishpalla kullkitapash kuyuchita ushan. Chaykunata alli yuyarishpami kay killkayka rikuchinkapak munan mayhan purikkuna, migracionpi kakkunaka shimita, kawsayta charinmi nishpa, chaymanta ashtawan allikutami yuyarina kanchik nin migracionmanta rimankapak munashpaka mana shuklla yuyaypi markarishpa, ashtawankarin tawka yuyaykunapi hapirishpa. Sinchilla shimikuna: puriykuna; kikin kay; Venezuela; Ecuador. Abstract The Venezuelan diaspora has become a very inßuential phenomenon in Latin America. In the social sciences, an important corpus of literature has portrayed these migrant groups as a homogeneous collective, labeled based on their nationality. Similar approaches are present in political and mediatic narratives. This paper questions said point of view, presenting a qualitative analysis of the process by which a group of Venezuelan migrants in Quito, Ecuador, build their identities. The results show that migrant identities are dynamic, open, and strategic. In spaces characterized by discrimination and xenophobia, identity narratives are mostly associated with ethical and class parameters. Meanwhile, national identity is emphasized in situations in which it can be used to mobilize different forms of capital. This way of understanding identity emphasizes migrantsÕ agency and proposes an alternative to rethink the viewpoint from which social sciences have addressed international migration. Keywords: Migration; Identity; Venezuela; Ecuador. 1. Introducci—n A inicios de 2019, en la ciudad de Ibarra, Ecuador Ñubicada a unos 100 km al norte de la capital QuitoÑ se produjo un acto de violencia xenof—bica y de gŽnero: un hombre asesin— con varias pu–aladas a su pareja, quien se encontraba en estado de embarazo. El suceso ocurri— en una de las calles m‡s transitadas de la ciudad, frente a un grupo de polic’as, transeœntes y medios de comunicaci—n, algunos de los cuales transmitieron el evento en vivo a travŽs de redes sociales. A pesar de que estos actos pueden ser comprendidos a partir de las condiciones estructurales de violencia de gŽnero presentes en la sociedad ecuatoriana, el Žnfasis de varios medios, el Estado y de parte de la opini—n pœblica se centr— en un eje diferente: la nacionalidad del agresor era venezolana, mientras que su pareja era ecuatoriana. Estos sucesos fueron conocidos como ÒEl caso Diana CarolinaÓ. Tiempo despuŽs, mientras me encontraba realizando trabajo de campo, muchos de mis colaboradores (migrantes venezolanos en Quito) recordaban estos eventos como un punto de inßexi—n negativo en sus vidas, dadas las reacciones de rechazo y xenofobia generadas. Quiz‡ debido a mi posici—n como investigador ecuatoriano, muchas personas enfatizaban que la comunidad venezolana es diversa, que no todos los migrantes son delincuentes y que las pr‡cticas de xenofobia responden a las generalizaciones negativas que se vierten sobre la poblaci—n de aquel pa’s. Por ejemplo, Jonathan, un mŽdico migrante, comentaba: Òel problema es que empiezan a generalizar, un venezolano cometi— tal delitoÉ entonces empiezan a relacionar ese ciudadano con un limpia parabrisas, con los que venden caramelos en los buses, incluso con el que tiene un puesto profesional en cualquier empresa pœblica o privada, o sea todos son igualesÓ. Estas ideas, planteadas por mis colaboradores, motivaron un importante cuestionamiento en mi proceso de trabajo de campo: ÀLos an‡lisis que desarrollamos desde las ciencias sociales representan a la poblaci—n venezolana (y a otros colectivos migrantes) como un grupo uniforme, homogŽneo, sin ningœn tipo de diversidad? Esta pregunta posee una importancia metodol—gica, te—rica y social. En primer lugar, plantear generalizaciones sobre grupos migrantes impide entender su complejidad. Al respecto, Kim (2019) sostiene que los enfoques ÒgrupistasÓ obstaculizan la comprensi—n sobre la diversidad interna, as’ como diferencias de poder y transformaciones. En la misma l’nea, Anthias (2007) se–ala que representaciones basadas en la idea de homogeneidad de los migrantes eliminan la capacidad de an‡lisis de las diferencias de clase o gŽnero. Desde un punto de vista social, ciertas generalizaciones pueden asociarse a pr‡cticas negativas como la xenofobia. Por ejemplo, Papadantonakis (2020) menciona que los discursos Entre la discriminaci—n y la solidaridad: la construcci—n estratŽgica Revista Sarance, N¼ 51 de identidad entre migrantes venezolanos en Quito, Ecuador (diciembre - mayo - 2024) homogeneizantes tienden a representar a los migrantes como grupos peligrosos que ponen en riesgo el orden econ—mico y social; mientras que, Mallet y PintoÑCoello (2018) proponen que las visiones esencialistas generan pr‡cticas de racializaci—n, cargadas de estereotipos y prejuicios. En Ecuador, como en varios pa’ses de la regi—n, las narrativas que homogenizan a los migrantes venezolanos son comunes, no solo a travŽs de discursos y pr‡cticas xenof—bicas, sino tambiŽn en esferas pol’ticas, comunicativas o culturales. En este contexto, evitar reproducir y naturalizar este tipo de discursos dentro de las ciencias sociales requiere reßexiones profundas en torno a procesos de construcci—n identitaria. No obstante, en una parte considerable de la literatura sobre movimientos migratorios en SudamŽrica, la identidad es una categor’a sobreentendida y fuera de cuestionamientos. En un ejercicio cercano al nacionalismo metodol—gico (Wimmer y Glick Schiller, 2003), las categor’as nacionales son vistas como recipientes que agrupan y homogenizan poblaciones. Frente a esto, a partir de una aproximaci—n cualitativa, el presente art’culo tiene como principal objetivo analizar los procesos de construcci—n identitaria desarrollados entre un grupo de personas migrantes venezolanas dentro de la ciudad de Quito. Los resultados muestran que la construcci—n de identidades es un fen—meno abierto, din‡mico y estratŽgico, directamente asociado con las particularidades del contexto sociocultural. DespuŽs de presentar su enfoque metodol—gico y te—rico, la primera parte del art’culo aborda el contexto hist—rico de discriminaci—n presente en la sociedad ecuatoriana, y c—mo las narrativas identitarias migrantes responden a tal escenario al reforzar par‡metros Žticos y de clase. En la segunda parte del art’culo, se aborda el car‡cter estratŽgico de las construcciones identitarias, analizando la forma en que la pertenencia nacional es enfatizada cuando esta puede ser utilizada para movilizar diferentes formas de capital. 2. MŽtodo El trabajo tuvo un enfoque cualitativo, por lo que no se orienta a desarrollar generalizaciones estad’sticas, sino profundizar el entendimiento de c—mo los participantes de la investigaci—n dan sentido a la realidad social, buscando una comprensi—n contextual de lo que la gente dice y hace en determinados momentos y circunstancias (Given, 2008). Los datos se basan en un total de 30 entrevistas semiestructuradas, con una duraci—n aproximada de entre una y dos horas. El trabajo de campo se llev— a cabo entre marzo de 2020 y noviembre 2021, por lo que coincidi— temporalmente con la pandemia de CovidÑ19. En este contexto, se utilizaron tanto conversaciones presenciales, como a travŽs de videollamada (Zoom, WhatsApp) y llamadas telef—nicas convencionales, en el caso de participantes con problemas de conectividad a internet. Los participantes de esta investigaci—n corresponden a migrantes de nacionalidad venezolana ubicados en la ciudad de Quito. El muestreo sigui— una aproximaci—n cualitativa al dise–o de snowball sampling o bola de nieve. Este proceso parte de un nœmero limitado de personas contactadas directamente por el investigador, quienes reÞeren o presentan a nuevos participantes que mantienen las caracter’sticas de elegibilidad para su inclusi—n en el estudio (Allen, 2017). Por lo tanto, se trata de un muestreo que no es estad’sticamente signiÞcativo, pero facilita el acceso a poblaciones donde nos existen fuentes evidentes o listados de grupos a ser contactados (Given, 2008). Bajo estas consideraciones, la muestra seleccionada est‡ compuesta por personas de gŽnero masculino y femenino, entre los 21 y 60 a–os (edad promedio de 33 a–os). Sus profesiones son diversas, en un espectro que va desde empleos altamente precarizados, como por ejemplo aparcacoches, hasta profesiones con una mayor estabilidad, como profesores universitarios. Para el an‡lisis y la interpretaci—n de datos se emple— una estrategia de codiÞcaci—n abierta u open coding, la cual, segœn Mills, Durepos y Wiebe (2010), es un proceso interpretativo o interrogativo entre el investigador y la informaci—n, mediante el cual los datos sin procesar se desglosan, separan o analizan en c—digos o categor’as segœn su pertinencia o relevancia para poder conceptualizar e identiÞcar los fen—menos que emergen de los datos recolectados. La informaci—n fue codiÞcada utilizando software especializado, Nvivo. 3. Fundamentaci—n te—ricoÑconceptual: la construcci—n de fronteras identitarias Disciplinas como la antropolog’a poseen un amplio corpus de literatura sobre los procesos de generaci—n de identidades, en particular, en relaci—n con la etnicidad. Desde los trabajos fundacionales de Barth (1998), la etnicidad ha sido estudiada a partir de los mecanismos a travŽs de los cuales los grupos sociales establecen sus fronteras de pertenencia y diferenciaci—n. Este abordaje se aleja de distinciones raciales o clasiÞcaciones esencialistas; al contrario, hace referencia a procesos culturales a partir de los cuales los grupos construyen y conÞguran sus fronteras simb—licas y sociales (Albeda, 2018; Wimmer, 2013). Desde esta perspectiva, la etnicidad no es un campo est‡tico, ni determinista; sino un proceso din‡mico, inßuenciado por mœltiples factores simb—licos, sociales y culturales. Debido a que esta forma de entender la etnicidad se opone de visiones raciales, biologicistas o nacionalistas, es œtil para entender los procesos identitarios contempor‡neos de mœltiples grupos humanos, incluyendo los migrantes. Las fronteras Žtnicas son patrones sociales generados a partir de la autoÑ identiÞcaci—n de los miembros de un grupo, orientados a establecer una separaci—n o diferenciaci—n frente a otros colectivos (Sanders, 2002). El trabajo ideol—gico, Entre la discriminaci—n y la solidaridad: la construcci—n estratŽgica Revista Sarance, N¼ 51 de identidad entre migrantes venezolanos en Quito, Ecuador (diciembre - mayo - 2024) ret—rico o pr‡ctico desarrollado por los grupos sociales para establecer fronteras de diferenciaci—n y pertenencia es conocido como boundary work (Jawosky, 2016). Las fronteras Žtnicas entre grupos pueden tener un car‡cter Þrme (bright boundaries), o ser permeables y abiertas al cambio (blur boundaries) (RŽtiov‡ et al., 2021). En ambos casos, las fronteras Žtnicas siempre pueden ser (re)pensadas y (re)conÞguradas. Por ejemplo, Ignatiev (2012) y Jacobson (1998) han ilustrado Ñdesde una perspectiva hist—ricaÑ c—mo los migrantes irlandeses en condiciones de desigualdad en Estados Unidos alcanzaron la identificaci—n de blanquitud (whiteness), reinterpretando Ñ por diversos mediosÑ el sistema de inequidad racial estadounidense. Dentro de la migraci—n transnacional, la etnicidad juega un papel importante, pues, los campos migratorios no eliminan los procesos de construcci—n de identidad, sino que los transforman, generando Ñen cualquier casoÑ mayor complejidad. Dado que la etnicidad no hace referencia a categor’as biol—gicas o esencialistas, la etnicidad es una esfera compleja y abierta a transformaciones. Abordar la etnicidad desde esta perspectiva requiere considerar el car‡cter din‡mico y abierto de los procesos sociales. Esto constituye un paso m‡s all‡ de lo planteado por aproximaciones cl‡sicas como la teor’a de contacto (contact theory) o el paradigma de la asimilaci—n dentro de la sociolog’a americana, que presentan visiones m‡s homogŽneas y est‡ticas de los grupos sociales (RŽtiov‡ et al., 2021; Wimmer, 2004). Un importante corpus de literatura asocia los procesos de construcci—n de etnicidad con las teor’as de Bourdieu sobre el capital (Bourdieu, 2018). Desde estos enfoques, la etnicidad puede ser construida estratŽgicamente en funci—n de la generaci—n o adquisici—n de diferentes formas de capital. As’, Wimmer (2013) sostiene que los individuos pueden desarrollar estrategias de (re)construcci—n de etnicidad para acumular capitales econ—micos, sociales, culturales o simb—licos que permitan un mejor desenvolvimiento en ciertos campos sociales. De manera similar, Kim (2019) plantea que los grupos migrantes pueden reinterpretar su identidad para acumular capital Žtnico (ethnic capital), deÞnido como un agregado de recursos materiales o simb—licos que pueden ser accesibles a partir de la pertenencia Žtnica. La re-deÞnici—n de fronteras identitarias puede tener beneÞcios concretos para los miembros de un grupo a travŽs del aumento de este capital. Wimmer (2013) y Kim (2019) enfatizan en la importancia de los procesos estratŽgicos de (re)construcci—n de fronteras Žtnicas (boundary work) orientados a acumular diferentes formas de capital como respuesta a las caracter’sticas propias de una sociedad. Wimmer (2013) plantea diferentes estrategias de construcci—n de fronteras Žtnicas (boundary making), que incluyen: ampliar o limitar la gama de personas incluidas en la propia categor’a Žtnica; y estrategias que modiÞcan las fronteras existentes, ya sea desaÞando el orden jer‡rquico de las categor’as Žtnicas, cambiando la propia posici—n dentro de un sistema de l’mites, o enfatizando otras formas de pertenencia no Žtnica. Estas estrategias pueden permitir un mejor desenvolvimiento de los individuos frente a las condiciones de su contexto social. Para Papadantonakis (2020) o Lamont y Bail (2005) los grupos migrantes pueden generan formas de resistencia frente a visiones estigmatizantes, al (re)deÞnir y (re)conceptualizar en tŽrminos positivos los estereotipos sobre su etnicidad. Un ejemplo de este fen—meno es planteado por Vandevoordt y Verschraegen (2019), quienes muestran que los refugiados sirios reconstruyen su identidad para hacer frente a la pŽrdida de estatus que su condici—n migratoria tiene dentro de la sociedad belga. Las narrativas de este grupo buscan reforzar su sentido de dignidad inherente a travŽs de estrategias como la renegociaci—n de la masculinidad o la separaci—n de los grupos refugiados asentados en barrios marginales. La etnicidad, por lo tanto, es un proceso abierto y din‡mico; responde a las condiciones concretas de la sociedad d—nde se construye, y potencialmente permite la acumulaci—n de diferentes formas de capital o la resistencia frente a escenarios excluyentes. 4. Contexto: migraci—n venezolana y discriminaci—n en Ecuador Hist—ricamente, Ecuador es un pa’s emisor de migrantes. Importantes colectivos de ciudadanos de esta nacionalidad se han asentado en Estados Unidos, Espa–a o Italia, siendo sus remesas un importante motor para la econom’a local. Sin embargo, como producto de la crisis econ—mica, pol’tica y social venezolana, desde 2015 Ecuador ha recibido a m‡s de 443000 migrantes venezolanos (mayoritariamente en la ciudad de Quito), convirtiŽndose en una importante zona de los circuitos de la di‡spora venezolana (OIM, 2021). Si bien desde 2008 la normativa legal Ñy parte de las narrativas gubernamentales en EcuadorÑ adoptaron un enfoque te—ricamente abierto a la movilidad humana y a la protecci—n de los migrantes, en la pr‡ctica el Estado no ha sido capaz de velar por los derechos legalmente reconocidos para estos colectivos. A nivel socioecon—mico, el panorama para los migrantes venezolanos en Ecuador es complejo, cerca de 81% de personas posee un estatus migratorio no regularizado, los ’ndices de pobreza son altos y el acceso al mercado laboral formal es precarizado (Banco Mundial, 2020). A nivel sociocultural, esta poblaci—n enfrenta complejos desaf’os, debido a lo comœn de pr‡cticas discriminatorias contra migrantes (Mantilla, 2020; Ram’rez et al., 2019). En Ecuador, la xenofobia no debe ser vista como un fen—meno reciente, sino como la reproducci—n y transformaci—n de estructuras racistas y discriminatorias de origen colonial y potencializadas en su historia republicana. La idea de raza ha sido Ñpara malÑ uno de los principales elementos organizativos de la sociedad ecuatoriana mediante la creaci—n de jerarqu’as que colocan a las personas blancas Entre la discriminaci—n y la solidaridad: la construcci—n estratŽgica Revista Sarance, N¼ 51 de identidad entre migrantes venezolanos en Quito, Ecuador (diciembre - mayo - 2024) en la cima de la estructura social, y a grupos ind’genas, afroecuatorianos y los resultados de sus combinaciones en posiciones inferiores1. Estas epistemolog’as se traducen en pr‡cticas estigmatizantes, procesos de discriminaci—n, y desigualdades estructurales (Rocha, 2017; Granda, 2017). Tanto desde enfoques biologicistas como culturalistas (Quiroga, 1999), el racismo ha sido un componente estructurante de esferas pol’ticas, acadŽmicas y cotidianas en Ecuador, y ha tenido una incidencia directa sobre la generaci—n de desigualdades materiales entre grupos sociales. En el caso de las mujeres, esta discriminaci—n ha sido doble pues la desigualdad a partir de estereotipos raciales se suma a la generada por las estructuras machistas. Desde Þnales del siglo XX, el Estado empez— a promover el multiculturalismo dentro de sus pol’ticas pœblicas, respondiendo tanto a las reivindicaciones sociales de grupos ind’genas y afrodescendientes como a las necesidades de los modelos neoliberales vigentes, que se centraban en reconocer demandas de tipo cultural en desmŽrito de reivindicaciones estructurales (Bret—n, 2015). A inicios del siglo XX, el multiculturalismo pas— a ser reemplazado por la interculturalidad, que en principio busca la construcci—n de di‡logos y espacios comunes entre los diferentes grupos culturales, as’ como eliminar desigualdades estructurales (Ayala Mora, 2011). M‡s all‡ de la incursi—n de los paradigmas del multiculturalismo y la interculturalidad, en la pr‡ctica, las estructuras racistas se mantienen presentes dentro de la sociedad ecuatoriana (Rahier, 2020; Vera, 2021, PŽrez, 2020). Las pr‡cticas de racismo actuales se desarrollan tanto de forma expl’cita como de manera subyacente. Mart’nez Novo (2018) argumenta un incremento del racismo durante la dŽcada de (2007Ñ2017) impulsada por los discursos estatales a travŽs de dos mecanismos: el ventrilocuismo Ñcuando las personas no ind’genas hablan por ellosÑ y el racismo abierto a travŽs de la represi—n de comunidades y l’deres ind’genas. Asimismo, PŽrez (2020) en un estudio sobre los discursos de los medios de comunicaci—n en relaci—n con las protestas y movilizaciones sociales de octubre 2019 (con participaci—n mayoritaria de grupos ind’genas), muestra que un porcentaje considerable de los medios de comunicaci—n siguen representando a los grupos ind’genas bajo estereotipos peyorativos como Òabor’genesÓ, ÒdesestabilizadoresÓ, ÒdetenidosÓ, Ògrupos vand‡licosÓ, ÒinÞltradosÓ, ÒprocesadosÓ, ÒturbaÓ y ÒviolentosÓ. A las formas de discriminaci—n hacia grupos ind’genas y afroecuatorianos, durante el siglo XXI se suma una nueva categor’a dirigida hacia la poblaci—n en condici—n de movilidad humana, especialmente aquella que ha llegado a Ecuador desde otros pa’ses del Sur Global. Estas pr‡cticas xenof—bicas reproducen esquemas similares a los del racismo. 1 Las estructuras del racismo suelen ser reinterpretadas a travŽs de la idea del mestizaje. Esta ideolog’a intenta incorporar a los grupos minoritarios Ñcomo poblaciones ind’genas o afroecuatorianasÑ dentro de la categor’a de mestizos. Desde una posici—n racista reproducida desde el Estado, el mestizaje ha sido asociado con procesos ÒcivilizatoriosÓ y de mejoramiento racial de la poblaci—n (Roitman y Oviedo, 2017; Kingman, 2002). La literatura ha documentado ampliamente actividades xen—fobas dentro de Ecuador. Por ejemplo, çlvarez (2020) desarrolla un an‡lisis etnogr‡Þco entre migrantes caribe–os, africanos y de Medio Oriente que llegaron al pa’s despuŽs de la constituci—n de 2008. Las experiencias de estos migrantes se caracterizan por una alta precarizaci—n, experimentando c—mo se los ÒdescaliÞcan en tŽrminos laborales, c—mo sus vidas se precarizan, c—mo el racismo y la exclusi—n socioecon—mica, junto con su irregularidad migratoria en Ecuador los torna ÒprescindiblesÓ (çlvarez, 2020: 141). Asimismo, Ram’rez, Linares y Useche (2019) han notado que la migraci—n venezolana es considerada por los ciudadanos locales como uno de los principales problemas del pa’s, aœn por encima de la econom’a. Adem‡s, los estereotipos desarrollados por la poblaci—n local asocian a los migrantes con el aumento de la delincuencia y la disminuci—n de las fuentes de trabajo. El trabajo de campo desarrollado en esta investigaci—n muestra que las experiencias de exclusi—n de los migrantes venezolanos son comunes. Elementos como representaciones negativas dentro de los medios de comunicaci—n, comentarios de odio dentro de redes sociales, pr‡cticas discriminatorias dentro de espacios laborales, hostigamiento por parte de la polic’a (especialmente en el caso de migrantes con trabajos precarizados) o insultos y otras formas de agresi—n verbal y f’sica fueron discutidas ampliamente por nuestros informantes. Estas experiencias son principalmente comunes en migrantes cuya condici—n socioecon—mica es m‡s inestable. Por ejemplo, Rodrigo, un migrante dedicado a cuidar autos estacionados en medio de la calle, sostiene que su cotidianidad se vuelve casi insoportable por los comentarios despectivos de las personas y la polic’a durante su trabajo, en sus palabras: ÒAqu’ le voy a ser bien claro, nos han tratado a nosotros como las peores basuras que ha habido en el mundoÓ. En varias ocasiones, Rodrigo tuvo problemas con los malos tratos de la polic’a y los transeœntes. Miradas, comentarios despectivos como el uso de la palabra ÒvenecoÓ y abusos en el caso de la polic’a fueron comunes en su trabajo. Eventualmente Rodrigo decidi— volver a su pa’s de origen. Las racionalidades de la xenofobia no se basan necesariamente en una discriminaci—n biologicista. De hecho, la poblaci—n migrante venezolana se corresponde principalmente a personas blancas o mestizas, lo cual Ñsiguiendo los esquemas del racismo en EcuadorÑ los ubicar’a en una posici—n privilegiada. Sin embargo, estas formas de exclusi—n contra migrantes constituyen una continuaci—n del racismo en la medida en que ambas se basan en la construcci—n de barreras simb—licas y reales centradas en estereotipos culturales asociados con la clase, la condici—n social y el gŽnero. En la estructura tradicional del racismo, el mestizaje se asocia con un proceso de civilizaci—n y blanqueamiento, que separa a la poblaci—n de la pobreza, la pereza y la violencia asociados (en esta forma de pensar) a la poblaci—n ind’gena y afroecuatoriana. Los procesos de exclusi—n hacia personas venezolanas Entre la discriminaci—n y la solidaridad: la construcci—n estratŽgica Revista Sarance, N¼ 51 de identidad entre migrantes venezolanos en Quito, Ecuador (diciembre - mayo - 2024) se construyen de forma similar, enfatizando estereotipos que buscan separar a la poblaci—n local de grupos ubicados en una clase social y econ—mica precarizada. Reproduciendo l—gicas del racismo tradicional, los migrantes venezolanos son colocados simb—licamente dentro de una posici—n inferior en la jerarquizaci—n simb—lica y material de la sociedad. En parte, esto es posible debido a procesos de homogenizaci—n y construcci—n de estereotipos negativos. Como se mostrar‡ a continuaci—n, los procesos de construcci—n de identidad migrante responden, en gran medida, a este contexto social. 5. Interpretaci—n de resultados: Identidad migratoria en contextos excluyentes En esta secci—n se abordan algunas de las narrativas identitarias planteadas por migrantes venezolanos en Quito, frente a las connotaciones negativas y xenof—bicas existentes en el seno de una sociedad excluyente. Desde esta perspectiva, la idea de la nacionalidad como un recipiente œnico, que generaliza y homogeniza las experiencias migrantes es cuestionada. En su lugar, se muestran discursos que enfatizan diferencias internas y resigniÞcaciones que buscan entregar un matiz positivo a la identidad migrante. La informaci—n es presentada a travŽs de dos categor’as anal’ticas: por una parte, narrativas que relacionan la identidad con par‡metros Žticos, y, por otra, narrativas centradas en categor’as socioecon—micas. 5.1. La identidad como un posicionamiento Žtico Iliana es una migrante que busca terminar sus estudios universitarios en la carrera de gastronom’a; al mismo tiempo, su familia es due–a de una peque–a panader’a. M‡s all‡ de su c’rculo cercano, Iliana mantiene pocos contactos con otros migrantes. Segœn ella, la nacionalidad no es un criterio v‡lido para agrupar a este colectivo, pues este es diverso. Las l’neas identitarias que ella traza se basan en criterios Žticos: hay migrantes buenos y malos. Al primer grupo lo asocia con personas trabajadoras, dispuestas a aportar a la sociedad; al segundo, con ideas relacionadas a la delincuencia o la envidia. Para explicar este punto, relata su trabajo fotograÞando los productos de su panader’a para publicitarlos a travŽs de Facebook: en varias ocasiones otras panader’as ÑtambiŽn propiedad de migrantesÑ han tomado sus fotograf’as y las han usado como propias. Segœn ella, personas como aquellas que se apropian de sus im‡genes son quienes generan el rechazo hacia los migrantes. En tal sentido, Iliana constantemente enfatiza en la necesidad de romper con el imaginario de que los grupos migrantes son un œnico colectivo. Al igual que Iliana, varios de los participantes de esta investigaci—n utilizan categor’as Žticas para trazar lineamientos sobre la identidad migrante. Esta forma de clasiÞcaci—n se basa en ideas y percepciones sobre el comportamiento, mas no necesariamente en distinciones nacionalistas o biologicistas. Esto permite narrativamente romper tanto con la idea de la nacionalidad como una categor’a que homogeniza a la poblaci—n venezolana, como con visiones estigmatizantes y xenof—bicas que relacionan a los migrantes con la delincuencia o la criminalidad. Por ejemplo, Juan trabaja cuidando veh’culos estacionados en la calle. Este tipo de empleo en Ecuador es altamente precario. En mœltiples ocasiones ha intentado conseguir trabajo en otros oÞcios, sin Žxito. Para Žl, la principal raz—n de la escasez de trabajo es que Òa algunos (migrantes) les han dado la oportunidad de trabajar, pero lo que hacen es robar y se van. Entonces claro mucha gente se coh’be, no dan trabajo, no hay esa conÞanzaÓ. En este caso, independientemente de la clase o posici—n social, Juan genera distinciones identitarias basadas en criterios Žticos. Al romper ciertas generalizaciones y enfatizar par‡metros Žticos positivos, estas construcciones identitarias presentan una respuesta a los estereotipos negativos sobre los migrantes venezolanos prevalentes en la sociedad local. La identidad es reinterpretada a travŽs de la construcci—n de fronteras simb—licas que separan a los migrantes segœn su apego a las normas de comportamiento esperadas dentro de una sociedad. Todo esto, en funci—n del contexto local de una sociedad que genera constantes pr‡cticas de estigmatizaci—n. Lamont y Bail (2007) se–alan que las pr‡cticas de resistencia frente a visiones estigmatizantes pueden centrarse tanto en cambiar los estereotipos sobre su grupo, como en transformar los signiÞcados asociados a su identidad colectiva. En este caso, las ideas que asocian a la nacionalidad venezolana con la delincuencia y la precarizaci—n son reinterpretadas al sostener que esta identidad grupal se construye segœn el apego a criterios Žticos. Tanto Iliana como Juan mantienen pocas relaciones con otros migrantes, m‡s all‡ de su c’rculo cercano. Sin embargo, la interpretaci—n de la identidad en base a par‡metros Žticos tambiŽn es frecuente entre personas con amplias redes de contactos migrantes. Por ejemplo, Natalie Ñquien actualmente se encuentra desempleadaÑ mantiene una red considerable de amigos y contactos venezolanos dentro de Ecuador. En m‡s de una ocasi—n esta red ha sido fundamental en su vida cotidiana, en aspectos como el acceso a la vivienda durante crisis econ—micas. Adem‡s, Natalie participa activamente en varios grupos que juntan a migrantes en plataformas como WhatsApp o Facebook. M‡s all‡ de esto, se–ala: S’ pasa que nos apoyamos, s’... Pero, desconÞamos de nosotros mismos (É) Porque cuando nos enteramos de todas estas historias lamentables de venezolanos que han hecho cosas aqu’, desde asesinatos hasta robos (É) Entonces nos cuidamos mucho en conocer a venezolanos nuevos porque sabemos que pueden tener esa apariencia de ser muy buenos y terminar siendo malas personas que te pueden perjudicar. Otra categor’a identitaria similar Ñtrazada en tŽrminos de comportamientoÑ se relaciona con el merecimiento de los migrantes para estar dentro de la sociedad Entre la discriminaci—n y la solidaridad: la construcci—n estratŽgica Revista Sarance, N¼ 51 de identidad entre migrantes venezolanos en Quito, Ecuador (diciembre - mayo - 2024) ecuatoriana. En la literatura anglosajona, varios estudios sobre la noci—n de deservingness (merecimiento) han abordado la construcci—n de ideas sobre quŽ grupos migrantes merecen ser parte de los beneÞcios entregados por un Estado. Por ejemplo, Nielsen et al. (2020) estudian los principios morales y culturales que la poblaci—n de pa’ses escandinavos emplea para juzgar si un grupo migrante merece formar parte de los beneÞcios de la sociedad receptora. En su caso, esto se relaciona con ideas sobre el grado de control (mientras menos control, m‡s merecen los migrantes ser parte de la sociedad), actitud (en tŽrminos de gratitud), reciprocidad, identidad (mientras m‡s cercanos culturalmente, m‡s merecimiento), y necesidad (mientras m‡s necesitados m‡s merecedores). En la presente investigaci—n, muchos participantes utilizan al merecimiento como un eje para trazar separaciones identitarias entre grupos migrantes. Desde esta visi—n, mientras m‡s apego tienen las personas a las pautas del comportamiento Žtico esperado dentro de una sociedad, m‡s merecimiento tienen para ser parte de ella. Por ejemplo, Paola es una persona dedicada a la docencia con ni–os en edad de parvulario. En su caso, migr— hacia Ecuador hace m‡s de veinte a–os. Su proceso de adaptaci—n no fue sencillo, por motivos familiares y profesionales; sin embargo, en la actualidad ha alcanzado una estabilidad laboral y personal. Al referirse a sus compatriotas constantemente se–ala que no todos tienen el ’mpetu de trabajar y la dedicaci—n suÞciente, por lo tanto, no ser’an merecedores de estar dentro de la sociedad receptora. En sus palabras: La gente est‡ acostumbrada, Ôtengo para el desayuno, almuerzo y meriendaÕ, entonces (dicen) Ôtranquilo no pasa nadaÕ (...). Pero con el paso de los a–os vemos que el venezolano perdi— todas esas aptitudes que ten’a para trabajar. Han venido al ÔdemeÕ, y si no les das, te van insultando (É) Encontraron el facilismo. Cuando la gente encuentra quien le dŽ, se olvida que tiene que adquirir obligaciones, un mejor futuro para ellos y para quien los trajo. Luisa es una migrante llegada a Ecuador como parte del programa Prometeo que atrajo investigadores extranjeros con becas postdoctorales. Ella colabora constante con un c’rculo de migrantes en campos acadŽmicos, que le ha sido œtil en mœltiples ocasiones. Al referirse a sus compatriotas traza una similar separaci—n en tŽrminos de merecimiento, en este caso de acuerdo con el nivel de aportes que pueden dar a la sociedad local. Desde esta visi—n, los migrantes con t’tulos profesionales generan un amplio aporte, en tŽrminos econ—micos y de apego a las leyes; mientras que los migrantes menos preparados no generan una verdadera contribuci—n. En sus palabras: Hubo un ßujo migratorio de profesionales que han enriquecido much’simo a Ecuador, porque nosotros est‡bamos como profesionales, por ejemplo, en educaci—n, muy formados en la rama de investigaci—n, por ejemplo, los mŽdicos, (É) ingenieros en la parte de petr—leo (É) fortalecen las profesiones del pa’s y creo que eso result— positivo y sigue resultando positivo para el Ecuador, porque todos los profesionales que venimos en esa primera etapa, pues contribuimos, pagamos impuestos, tenemos un sueldo Þjo, tenemos una entrada donde tenemos absolutamente la contribuci—n que puede tener cualquier ecuatoriano. Igual cumplimos la normativa, hacemos absolutamente con las cosas, respetamos las leyes (É) Pero la otra cara del asunto es que posteriormente comenz— a salir cualquier tipo de persona (É) hubo mucha gente de las personas privadas de libertad, que el rŽgimen (venezolano) sac— de las c‡rceles y esas personas migraron y entonces entraron ladrones y asesinos y una cantidad de la parte oscura. De manera similar, Jonathan Ñun mŽdico de origen venezolano que lleg— a Ecuador hace m‡s de 7 a–osÑ relata su proceso de inserci—n al campo laboral y econ—mico como un fruto del esfuerzo y de ocupar puestos que no habr’an sido llenados por mŽdicos ecuatorianos, enfatizando la idea del merecimiento como categor’a identitaria: ÒEcuador est‡ contando con una gama de profesionales por los cuales no invirti— ni un centavo, o sea se est‡ contando con una masa laboral productiva por la cual no pag— nada en cuento a su formaci—n y eso la gente tiene que entender, porque eso genera cierto grado de producci—n, genera beneÞciosÓ. Las ideas sobre merecimiento en este caso se construyen en base a las contribuciones concretas generadas hacia la sociedad receptora. Es importante notar que estas visiones son propias de los grupos migrantes. En la sociedad local las ideas de merecimiento se asocian m‡s bien con ideales relacionados con la gratitud y la reciprocidad. 5.2. Identidad y diferencias socioecon—micas Junto con las distinciones basadas en par‡metros Žticos, los componentes socioecon—micos son un factor importante dentro de la forma en que las personas en condici—n de movilidad humana construyen sentidos identitarios. El perÞl de los migrantes venezolanos en Ecuador var’a considerablemente en tŽrminos socioecon—micos; existe Ñen generalÑ una primera ola migratoria compuesta por personas con mayor estabilidad socioecon—mica, y una segunda caracterizada por una mayor precariedad. Estas diferencias son frecuentemente comentadas dentro de las narrativas identitarias, colocando a la clase social como un par‡metro para la construcci—n de distinciones que rompen con estereotipos negativos y con la supuesta homogeneidad de los migrantes. Por ejemplo, Margarita es una estudiante universitaria de 24 a–os, lleg— a Ecuador en 2016. Desde su posici—n, relata que las diferencias de clase son la principal categor’a de diferenciaci—n de las personas venezolanas. En sus palabras: Hay que distinguir los diferentes tipos de venezolanos, que en Venezuela si es muy marcada la diferencia. Est‡n las personas de sectores populares, que son como estos se–ores que venden cachapas en la U, que son sœper amenos y tal; pero tambiŽn otras personas que se creen hijos de europeos o no se creen que son de Venezuela o que incluso entre ellos como que chocan. Entonces hay en Venezuela Entre la discriminaci—n y la solidaridad: la construcci—n estratŽgica Revista Sarance, N¼ 51 de identidad entre migrantes venezolanos en Quito, Ecuador (diciembre - mayo - 2024) esta diferencia tambiŽn del venezolano high class y del venezolano marginal. Entonces todos los que venden, est‡n en la calle y tal, esos son los marginales. Las diferencias socioecon—micas se conectan con par‡metros como el tipo de trabajo, el sector de residencia o los ingresos salariales. Varias de estas distinciones replican los modelos existentes en el pa’s de origen. Adem‡s, como se ilustra en la cita precedente, las diferencias de clase tambiŽn suelen ser entendidas en relaci—n con el aspecto f’sico o el comportamiento dentro de la sociedad. El relato de Margarita continœa de la siguiente manera: Yo trabajŽ una Žpoca en un coworking (É) lleno de venezolanos. Pucha el director de proyectos venezolano, el director de marketing y tal. Es gente que tiene muchos a–os aqu’, que tiene buena educaci—n, apellidos extranjeros, casa particular, blancos, ojos verdes. El estereotipo del venezolano y la venezolana guapa, que ven un venezolano en la calle vendiendo arepas y le pasan por encima o le hacen mala calle. Dentro de la sociedad ecuatoriana los migrantes en condiciones de precariedad econ—mica son colocados dentro de una posici—n inferior en la jerarquizaci—n simb—lica y material de la sociedad. Esto coincide con las estructuras del racismo tradicional que asocia a grupos ind’genas y afroecuatorianos con condiciones de precariedad econ—mica. En este sentido, enfatizar la diversidad en el espectro de clase social, constituye una contraposici—n con las jerarquizaciones sociales existentes en Ecuador. De manera ilustrativa, Jonathan utiliza el concepto aporofobia Ñla exclusi—n hacia personas de escasos recursosÑ para referirse a las pr‡cticas xen—fobas existentes en Ecuador. En sus palabras: Yo te puedo asegurar que s’ un venezolano viene con una buena cantidad de dinero a invertir ese no va a tener problemas. El problema lo tiene ese que est‡ ah’ limpiando parabrisas (É) es el problema del que vende caramelos, del que pide en la calle, el que vende las empanadas en la calle o el que simple y llanamente tiene un mal aspecto y que puede ser profesional, pero se le ve pinta de venezolano mal vestido o sucio (É) entonces ah’ viene el tema de la estigmatizaci—n. En el mismo sentido, Lizandro Ñquien posee formaci—n en arte, pero trabaja como mesero en una cafeter’aÑ relata lo siguiente: No es lo mismo el que emigr— por gusto, porque vive en Estados Unidos (É) a un migrante que viene con 60 d—lares en la mano. Ah’ nos damos cuenta de que no es que no te gusta la migraci—n, sino es que no te gusta la gente pobre que venga a tu pa’s. Ya, porque si fuera venezolano y vengo con 50 mil d—lares me monto algo (...) Pero no es lo mismo el venezolano que viene con las justas, se coloca un puestito para vender arepas a d—lar y lo ven ajeno, aqu’ que tal quit‡ndole trabajo al ecuatoriano. La existencia de divisiones de clase como par‡metro identitario no constituye un fen—meno extraordinario (vŽase, por ejemplo, Guarnizo et al. 1999). A pesar de esto, la literatura sobre la migraci—n venezolana en Ecuador Ñmisma que en tŽrminos generales es amplia y bien documentada (vŽase por ejemplo Ram’rez, Linares y Useche, 2019; Bastidas, 2020; Ripoll y NavasÑAlm‡n, 2018; Torres y Naranjo, 2019)Ñ no ha tomado en cuenta estas distinciones a nivel narrativo o pr‡ctico. Varias personas asocian las distinciones basadas en clases sociales al escenario pol’tico existente en Venezuela. En concreto, a las pol’ticas implementadas a partir del gobierno de Hugo Ch‡vez. En palabras de Natalie, Òlos venezolanos tenemos nuestras divisiones y nuestras presiones (É) por supuesto mucho clasismo, en Venezuela hay mucho clasismo, pero eso fue implantado por el se–or Ch‡vez Fr’asÓ. Asimismo, Luisa sostiene lo siguiente: Con el ascenso al poder de Hugo Ch‡vez Fr’as se gener— una polaridad distinta, una polaridad en la que, y desde la presidencia, se fue generando un odio hacia la clase que ten’an m‡s recursos, hacia todos aquellos profesionales que sin ser ricos, hab’amos logrado una posici—n econ—mica, digamos, holgada, lo que pudiese llamarse una clase media y una clase media alta como tal... Y ni decir con la clase alta se gener— una pugna terrible (É) Gener— esa divisi—n terrible y ya entonces no pas— a ser m‡s divisi—n pol’tica, pas— a ser una divisi—n de un esquema de vida. Por otra parte, en la migraci—n venezolana en Ecuador, las variables socioecon—micas se conectan con una dimensi—n temporal: durante la primera ola migratoria (alrededor del a–o 2014), el perÞl del migrante se asociaba generalmente a personas con un capital econ—mico, social y profesional suÞciente para desenvolverse fuera de su pa’s; mientras que, una segunda ola, temporalmente m‡s reciente, se asocia a migrantes con menor formaci—n profesional y estabilidad socioecon—mica (Bastidas, 2020). Las referencias al momento de llegada a Ecuador son muy comunes en las narrativas identitarias recolectadas en el trabajo de campo. Desde esta visi—n, los migrantes con m‡s a–os de estad’a son asociados con una mayor estabilidad socioecon—mica y un diferente capital cultural en comparaci—n con las personas reciŽn llegadas. Por ejemplo, Mar’a JosŽ lleg— a Ecuador hace m‡s de siete a–os en posesi—n de una licenciatura en docencia, profesi—n que no ha podido ejercer. En su lugar, ha ocupado diversos empleos ocasionales, y recientemente accedi— a una beca de estudios de maestr’a. En una de las entrevistas desarrolladas, hace Žnfasis en la forma en que la recepci—n a la poblaci—n migrante ha cambiado con el paso del tiempo: Al principio era as’ como que guau un venezolano, que ex—tico, que buena gente que son. Pero ahorita ves esa cantidad de gente en los sem‡foros, pidiendo dinero, vendiendo cosas en la Mar’n o en el centro hist—rico o en cualquier lado y entonces la gente dice porque no est‡n en su pa’s y es totalmente comprensible. Entre la discriminaci—n y la solidaridad: la construcci—n estratŽgica Revista Sarance, N¼ 51 de identidad entre migrantes venezolanos en Quito, Ecuador (diciembre - mayo - 2024) Ha cambiado much’simo la percepci—n del ecuatoriano, y la percepci—n de la comunidad venezolana. No solamente el recibimiento a este extranjero, sino como se percibe la comunidad en general. En Žnfasis colocado sobre el momento en que se desarroll— la migraci—n es representativo de una divisi—n dicot—mica m‡s amplia, que distingue a las personas con un perÞl estable de aquellas de menores recursos. Esta diferenciaci—n debe ser contextualizada en el marco de la sociedad local, desde d—nde se han producido tambiŽn cambios en la receptibilidad hacia la poblaci—n migrante. Mientras en un primer momento, existi— mayor apertura por parte de la poblaci—n local, con el paso del tiempo surgi— mayor rechazo y pr‡cticas de exclusi—n y xenofobia. As’ Mar’a JosŽ continœa relatando lo siguiente: En cuanto a cuando lleguŽ ac‡ a Ecuador en el a–o 2015 se podr’a decir que la manera de la gente de aceptar a los venezolanos, el recibimiento era otra cosa (É) La mayor’a de la gente era muy cari–osa, muy abierta a escucharte, sobre todo preguntarte mucho, a conocer tu historia, que est‡ pasando en Venezuela y todo esto. De manera similar, Jonathan narra de la siguiente manera los cambios en la forma en que la comunidad venezolana ha sido recibida en los primeros a–os tras su llegada, en comparaci—n con la actualidad: A m’ de hecho no me reconoc’an como venezolano, sino que me preguntaban si era coste–o o era cubano o una vez me preguntaron que si era de Costa Rica (É) muchos no conoc’an a un venezolano. Yo en ese momento trabajaba en una cl’nica, han pasado a–os y ahorita creo que la gente nos ve y nos reconoce en el acto, ese es el venezolano. El problema es que el reconocimiento actual viene acompa–ado de la estigmatizaci—n del venezolano. Dentro de la literatura, ejemplos en los que el momento de llegada es un elemento de diferenciaci—n identitario y socioecon—mico han sido documentados. Por ejemplo, Fern‡ndez (2007) ilustra las reacciones negativas de las primeras olas de migrantes cubanos en Estados Unidos ante el arribo de los ÒMarielitosÓ, un grupo de migrantes cubanos de clase mediaÑbaja. Charsley y Bolognani (2017) muestran c—mo los migrantes pakistan’es en Gran Breta–a construyen barreras que separan a sus compatriotas reciŽn llegados, bajo el r—tulo de ÒFresh off the boatÓ (reciŽn bajados del bote). Estas distinciones se asientan en estructuras socioecon—micas y de poder simb—lico. Lo que diferencia a la migraci—n venezolana en Ecuador de los fen—menos descritos previamente, es que se trata de un proceso migratorio muy reciente, que en un plazo temporal muy corto gener— distinciones internas entre migrantes. 6. La identidad como una construcci—n estratŽgica La secci—n previa abord— formas en que grupos migrantes reinterpretan sus fronteras identitarias, enfatizando par‡metros Žticos y de pertenencia socioecon—mica por sobre generalizaciones basadas en categor’as nacionales o biologicistas. Estas construcciones identitarias pueden ser entendidas como respuesta a un contexto marcado por pr‡cticas de exclusi—n y discriminaci—n. En otras palabras, estas formas de conceptualizar a la identidad permiten romper narrativamente con procesos de estigmatizaci—n asociados con la migraci—n. No obstante, esto no implica que, en mœltiples contextos y circunstancias, la pertenencia a la nacionalidad venezolana Ñentendida como una categor’a generalizanteÑ sea enfatizada por la poblaci—n migrante. Por ejemplo, Mantilla (2022) muestra que en plataformas como Facebook existen grupos masivos de personas venezolanas que desarrollan pr‡cticas de colaboraci—n y comercio informal en la ciudad de Quito. Estas personas no mantienen lazos de conexi—n fuertes en la presencialidad, pero se conectan a modo de comunidad digital gracias a un sentido compartido de pertenencia a la nacionalidad venezolana. Esta no es una excepci—n; en varias otras circunstancias de la cotidianidad, la identidad nacional suele ser enfatizada, por ejemplo, a travŽs de la gastronom’a, deportes o en el acceso a programas de desarrollo de ONGs. Por lo tanto, en determinadas ocasiones la identidad es resigniÞcada a partir de par‡metros Žticos y socioecon—micos, mientras que en otras la pertenencia nacional sigue siendo un insumo de cohesi—n social, Àc—mo entender esta aparente contradicci—n? Para responder a esta interrogante, es necesario considerar que la identidad en el contexto de la migraci—n venezolana en Ecuador se desarrolla de forma estratŽgica, es decir que las personas poseen la agencia para utilizar la nacionalidad como una fuente de cooperaci—n y solidaridad en ciertas circunstancias, mientras que, en otras la idea de la homogeneidad de la naci—n es puesta en cuestionamiento en favor de construcciones identitarias basadas en par‡metros Žticos o de clase. La nacionalidad puede ser enfatizada de manera estratŽgica cuando esta permite generar pr‡cticas de colaboraci—n que facilitan la acumulaci—n de diferentes formas de capital, por ejemplo, a travŽs de acciones de solidaridad entre migrantes, acceso a fuentes de empleo o informaci—n. En otros contextos, especialmente frente a escenarios marcados por la discriminaci—n, las construcciones identitarias critican la homogeneidad de la nacionalidad en favor de otros par‡metros. Esta forma de entender las din‡micas identitarias enfatiza la agencia de las personas, tanto para realizar lecturas profundas de su entorno social, como para actuar en funci—n de este. La etnicidad, por lo tanto, es una frontera que se reinterpreta de forma estratŽgica. Por una parte, frente al contexto de exclusi—n propio de la sociedad ecuatoriana, los migrantes refuerzan discursos que enfatizan la diversidad del grupo, potencializando dicotom’as que asocian sentidos positivos hacia parte del colectivo, para separarse del resto. Por otra parte, cuando la nacionalidad puede ser un camino para construir diferentes formas de capital social, econ—mico o Entre la discriminaci—n y la solidaridad: la construcci—n estratŽgica Revista Sarance, N¼ 51 de identidad entre migrantes venezolanos en Quito, Ecuador (diciembre - mayo - 2024) conocimiento œtil para la vida en contextos transnacionales, estas formas identitarias se vuelven un recipiente m‡s homogŽneo y generalizante. De esto se desprende que la posicionalidad de las personas con respecto a su etnicidad puede cambiar dependiendo del contexto. Anthias (2007) introduce el concepto de mobilisability (movilizaci—n) para indicar que el capital social construido en base a relaciones Žtnicas resulta œtil en la medida en que puede ser movilizado para generar beneÞcios. Los lazos sociales que se encuentran mal vistos en una sociedad no pueden ser movilizados hacia ventajas, por lo que no son un capital social œtil. De manera similar, la identidad apegada a la nacionalidad puede ser movilizada en funci—n de pr‡cticas de solidaridad y colaboraci—n en la medida que estas representen beneÞcios concretos. En otras circunstancias, las fronteras Žtnicas pueden ser reinterpretadas para hacer frente a pr‡cticas de discriminaci—n o xenofobia. 7. Conclusiones En este art’culo se ha argumentado que la construcci—n de identidades posee un car‡cter din‡mico y ßexible. En primer lugar, frente a un contexto d—nde los patrones de discriminaci—n, racismo y xenofobia han sido constantes, las narrativas sobre identidad muchas veces refuerzan la idea de heterogeneidad de los grupos migrantes. Por lo cual, es comœn encontrar construcciones identitarias que priorizan par‡metros de comportamiento Žtico o caracter’sticas socioecon—micas por sobre el lugar de proveniencia. Sin embargo, la nacionalidad, aœn en este contexto, sigue siendo un elemento relevante, especialmente cuando estas adscripciones pueden ser movilizadas para la construcci—n de capital social, cultural o econ—mico. Por lo tanto, en el marco de la migraci—n venezolana en Quito, la identidad posee un car‡cter estratŽgico desarrollado en funci—n de la propia agencia de los migrantes. En ciertas ocasiones, la nacionalidad puede ser movilizada para la obtenci—n de beneÞcios concretos, en relaciones de solidaridad y cooperaci—n. En otras, frente a la discriminaci—n estructural, la identidad es planteada en funci—n de par‡metros que buscan evitar generalizaciones. Este car‡cter estratŽgico representa otra forma de agencia para navegar frente al contexto propia de los movimientos migratorios SurÑsur que ha sido estudiada dentro de la literatura relevante. Comprender el dinamismo y la importancia de los fen—menos identitarios en contextos migratorios es una tarea fundamental no solo a nivel acadŽmico, sino tambiŽn para el desarrollo de pol’ticas pœblicas dentro de la regi—n. La literatura global sobre este campo se encuentra bien desarrollada; sin embargo, en el ‡mbito local representa un campo que necesariamente debe ser profundizado. 8. Referencias bibliogr‡Þcas Albeda, Y., Tersteeg, A., Oosterlynck, S., y Verschraegen, G. (2018). Symbolic boundary making in super-diverse deprived neighbourhoods. Tijdschrift voor economische en sociale geograÞe, 109(4), 470-484. https://doi.org/10.1111/tesg.12297 çlvarez, S. (2020). Ilegalizados en Ecuador, el pa’s de la Òciudadan’a universalÓ. Sociologias, (22), 138-170. Anthias, F. (2007). Ethnic ties: Social capital and the question of mobilisability. The Sociological Review, 55(4), 788-805. Ayala Mora, E. (2011). La interculturalidad: camino para el Ecuador. Confederaci—n Nacional de Organizaciones Campesinas, Ind’genas y Negras (FENOCIN). Barth, F. (1998). Ethnic groups and boundaries: The social organization of culture difference. Waveland Press. Bastidas, C. (2020). Sistematizaci—n de estudios sobre la caracterizaci—n de la migraci—n venezolana en Ecuador (Quito y Guayaquil). Organizaci—n Internacional del Trabajo. Bourdieu, P. (2018). The forms of capital. Routledge. Bret—n, V. (2015). Pol’ticas de reconocimiento neoliberales y posneoliberales en Ecuador: continuidades y rupturas. Quaderns de lÕInstitut Catalˆ dÕAntropologia, 31, 25-49. Charsley, K., y Bolognani, M. (2017). Being a freshie is (not) cool: Stigma, capital and disgust in British Pakistani stereotypes of new subcontinental migrants. Ethnic and Racial Studies, 40(1), 43-62. https://doi.org/10.1080/01419870.2016.1145713 Fern‡ndez, G. (2007). Race, gender, and class in the persistence of the Mariel stigma twenty years after the exodus from Cuba. International Migration Review, 41(3), 602-622. Granda, M. (2017). El macho sabio. Racismo y sexismo en el discurso sabatino de Rafael Correa. Ecuador Debate, 100, 197-211. Jacobson, M. (1998). Whiteness of a Different Colour: European Immigrants and the Alchemy of Race. Harvard University Press. Jaworsky, B. (2016). The boundaries of belonging: Online work of immigrationÑrelated social movement organizations. Springer. Lamont, M., y Bail, C. (2007). Bridging boundaries: the equalization strategies of stigmatized ethnoÑracial groups compared. Revue EuropŽene des Migrations Internationales, 154, 1-29. Entre la discriminaci—n y la solidaridad: la construcci—n estratŽgica Revista Sarance, N¼ 51 de identidad entre migrantes venezolanos en Quito, Ecuador (diciembre - mayo - 2024) Ignatiev, N. (2012). How the Irish became white. Routledge. Kingman, E. (2002). Identidad, mestizaje, hibridaci—n: sus usos ambiguos. Revista Proposiciones, 34, 1-8. Kim, J. (2019). Ethnic capital, migration, and citizenship: a Bourdieusian perspective. Ethnic and Racial Studies, 42(3), 357-385. https://doi.org/10.1080/01419870.2019.1535131 Mallet, M. y PintoÑCoelho, J. (2018). Investigating intraÑethnic divisions among Latino immigrants in Miami, Florida. Latino Studies, 16(1), 91-112. Mantilla, J. (2020). Xenophobia and class conßicts among Venezuelan migrants: An ethnographic study in the city of Ibarra, Ecuador. Journal of Advanced Research in Social Sciences Mantilla, J. (2022) Solidaridad digital y migraciones: an‡lisis sobre el uso de tecnolog’as digitales entre ciudadanos venezolanos en Quito, Ecuador. Estudios Fronterizos. Mart’nez Novo, C. (2018). Ventriloquism, racism and the politics of decoloniality in Ecuador. Cultural studies, 32(3), 389-413. Nielsen, M. H., Frederiksen, M., y Larsen, C. A. (2020). Deservingness put into practice: Constructing the (un) deservingness of migrants in four European countries. The British journal of sociology, 71(1), 112Ñ126. Papadantonakis, M. (2020). Black Athenians: Making and Resisting Racialized Symbolic Boundaries in the Greek Street Market. Journal of Contemporary Ethnography, 49(3), 291-317. PŽrez, D. (2020). Representaciones en los medios impresos: movimiento ind’gena y paro nacional en Ecuador. Austral Comunicaci—n, 9(2), 217-248. Quiroga, D. (1999). Sobre razas, esencialismos y salud. Ecuador Racista, 6, 127-136. Ram’rez, J., Linares, y Useche, E. (2019). Geo Pol’ticas Migratorias, Inserci—n laboral y Xenofobia: Migrantes Venezolanos en Ecuador. En C. Blouin (Ed), DespuŽs de la Llegada. Realidades de la migraci—n venezolana. Themis-PUCP. Rahier, J. (2020). From the transatlantic slave trade to contemporary ethnoracial law in multicultural Ecuador: the Òchanging sameÓ of anti-Black racism as revealed by two lawsuits Þled by Afrodescendants. Current Anthropology, 61(2), 248-259. RŽtiov‡, A., Rapo! Boi, I., Klvaov‡, R., & Jaworsky, B. N. (2021). Shifting categories, changing attitudes: A boundary work approach in the study of attitudes toward migrants. Sociology Compass, 15(3), e12855. Ripoll, S., y Navas-Alem‡n, L. (2018). Xenofobia y discriminaci—n hacia refugiados y migrantes venezolanos en Ecuador y lecciones aprendidas para la promoci—n de la inclusi—n social. Rocha, J. (2017). La migraci—n y el racismo como rasgos complejos de los afrodescendientes del barrio Nigeria. INNOVA Research Journal, 2(1), 1-6. Roitman, K., y Oviedo, A. (2017). Mestizo racism in Ecuador. Ethnic and racial studies, 40(15), 2768-2786. Sanders, J. (2002). Ethnic boundaries and identity in plural societies. Annual review of sociology, 28(1), 327-357. Torres, J. y Naranjo Navas, C. (2019). Migraci—n venezolana en Riobamba: proceso de asimilaci—n y adaptaci—n de los migrantes venezolanos a la ciudad de Riobamba, Ecuador. Revista de Ciencias Human’sticas y Sociales (ReHuSo), 4(1), 47-68. Vandevoordt, R., y Verschraegen, G. (2019). Demonstrating deservingness and dignity. Symbolic boundary work among Syrian refugees. Poetics, 76, 101343. Vera, R. (2021). Hate crime and racial discrimination in Ecuador: The case of Michael Arce in ESMIL. International Journal of Discrimination and the Law, 21(2), 117-138. Wessendorf, S. (2021). Ethnic minoritiesÕ reactions to newcomers in East Londres: Symbolic boundaries and convivial labor. The British journal of sociology, 71(2), 208-220. Wimmer, A. (2013). Ethnic boundary making: Institutions, power, networks. Oxford University Press. Wimmer, A. (2004). Does ethnicity matter? Everyday group formation in three Swiss immigrant neighbourhoods. Ethnic and Racial Studies, 27(1), 1-36. Wimmer, A., y Schiller, N. (2003). Methodological nationalism, the social sciences, and the study of migration: An essay in historical epistemology. International Migration Review, 37(3), https://doi.org/10.1111/j.1747-7379.2003.tb00151.x