Del psicoanálisis a la antropología psicoanalítica: nuevos espacios para escuchar las voces de otros lejanos, nuevos horizontes para las ciencias sociales Psicoanálisismanta, antropología psicoanalíticaman chayankapak: mushuk kuskakunapi karumanta shamukkunata uyankapak mushuk pachakuna runa yachaykunapak From psychoanalysis to psychoanalytic anthropology: New spaces to listen to the voices of others from far away, New horizons for the social sciences Marie-Astrid Dupret astrid.dupret@gmail.com ORCID 0000-0001-6392-9245 Pontificia Universidad Católica del Ecuador (Quito, Ecuador) Cita recomendada: Dupret, M. (2023). Del psicoanálisis a la antropología psicoanalítica: Nuevos espacios para escuchar las voces de otros lejanos, nuevos horizontes para las ciencias sociales. Revista Sarance, (50), 30-39. https://doi.org/10.51306/ ioasarance.050.03 ........................................................................................................................... Resumen El psicoanálisis ocupa un lugar esencial, aunque poco reconocido, en el seno de las ciencias sociales. Se funda en la escucha del sujeto del Inconsciente, o sea el sujeto moldeado por los valores y los saberes de su lengua y su cultura. La teoría psicoanalítica actual presta una atención casi exclusiva al individuo postmoderno, a pesar del interés constante que manifestaron Freud y Lacan por el pensamiento y las expresiones culturales de sociedades que viven alejadas del Occidente. La antropología psicoanalítica, en su esfuerzo de mejorar su conocimiento de la condición humana en su universalidad, da importancia a las voces de seres humanos otros y a una escucha diferente que le permite poner a prueba sus conceptos y profundizar su teoría y su praxis clínica. A la vez, su acercamiento a grupos que viven alejados de los centros de dominación le permite atender de manera más adecuada sus problemas de salud mental y ofrecer un acompañamiento psíquico respetuoso, así como ayudar a la creación de espacios de mediación sociopolítica entre los discursos oficiales y otras estructuras de pensamiento. En este sentido, el psicoanálisis y la antropología psicoanalítica constituyen un espacio de articulación muy productivo entre las diversas ciencias sociales. Palabras clave: Psicoanálisis; Antropología psicoanalítica; Inconsciente; Estructuras Discursivas; Praxis. ........................................................................................................................... Tukuyshuk Psicoanálisismi runakunapa yachay ukupika ninan sinchi yachay kan. Kaypika runakunapa Inconsciente ukuta uyashpa, pay imasha kana yuyaykunawan, ima yachay, ima shimi rimaykunawan, ima kawsaykunawan kaktapash uyan. Psicoanálisispak kunan yachaykunapika postmoderno runatami chawpipi churashpa payta ahstakata rikushpa kunpan. Kashnami kunanpi rurayka puntashna imasha Freud, Lacan psicoanálisista wiñachik runakuna imalla nishkataka mana yapa katinchu, paykunaka ninmi karka, ashtakatami rikuna kan runakunapa tantanakushka kawsayta, shinallatak Occidentemanta karulla kawsak llakta runakunata ashtawan rikuna nishka karka. Shinallatak antropología psicoanalítica yachayka universalismopi chariyarishpa, allikuta runapak yachaykunata sinchiyachinkapakmi munan. Shinami shuk karu allpakunamanta runakunapa shimi rimaykunata ashtakata uyankapak munan, shinallatak allikuta uyashpa, yachaykunatapash clínica ruray ukupi sinchiyachinkapak munan. Kashna rurankapakka, kimirinkapak munan ashtawan karu karu allpakunapi, maypi shuk laya kawsayta charik runa llaktakunawan, chaymanta paykunawan rimashpa allikuman kunpay ushankapak paykunapa kikinkaypa llakikunata, shinallatak mushuk kuska tantanakuykunata rurankapak maypi runakuna rimari ushachun paykunapa kawsay ruraykunamanta, imashalla shukkuna paykunamanta rimakta alli rikunkapak, chay hawa rimarinkapak imatatak ñukanchik yanahunchik chaymanta. Chaymi psicoanálisispash, antropología psicoanalíticapash, sumakta maki hapirin runakunapa yachayta sinchiyachinkapak. Sinchilla shimikuna: Psicoanálisis; Antropología psicoanalítica; Inconsciente; sinchiyarishka rimaykuna; shimikuna. ........................................................................................................................... Abstract Psychoanalysis occupies an essential, although little recognized, place within the social sciences. It is based on listening to the subject of the Unconscious, which is the subject shaped by the values and knowledge of language and culture. Current psychoanalytic theory pays almost exclusive attention to the postmodern individual, despite the constant interest that Freud and Lacan expressed in the thought and cultural expressions of societies living separate from the West.In its effort to improve its knowledge of the human condition in its universality, psychoanalytic anthropology gives importance to the voices of other human beings and to a different listening that allows it to test its concepts and deepen its theory and clinical praxis. At the same time, its approach to groups that live far from the centers of domination allows it to attend more adequately mental health problems and offer respectful psychic accompaniment, while also helping to create spaces for socio-political mediation between official speeches and other structures of thought. In this sense, psychoanalysis and psychoanalytic anthropology constitute a very productive space of articulation between the various social sciences. Keywords: Psychoanalysis; psychoanalytic anthropology; Unconscious; Discursive structures; voices. ........................................................................................................................... En 1900, para ser más precisos, en 1899, Sigmund Freud publica La Interpretación de los sueños, el texto fundador de una ciencia nueva que llamará psicoanálisis. Desde entonces, no solo escribió una obra monumental, sino que fue acompañado por múltiples seguidores que, a su vez, contribuyeron con sus trabajos. Entre ellos, Jacques Lacan ocupa un lugar de excepción. Con su “reorno a Freud”, fue el gran epistemólogo del psicoanálisis, y, durante más de 26 años, dictó seminarios que dieron un fuerte impulso a esta disciplina en pleno desarrollo. Lo cierto es que Freud y Lacan aparecen entre las figuras más emblemáticas del siglo XX, han dejado su huella en todos los campos del pensamiento y siguen influenciando a las generaciones actuales. Hoy día, el psicoanálisis ocupa un lugar clave en el seno de las ciencias sociales y médicas, se relaciona también con el arte y la literatura, y ofrece una praxis y un método de investigación propios, gracias a un abordaje clínico y un análisis de discursos original. Empero, a pesar de su irradiación espectacular en las esferas de la cultura universal, los lineamientos de la teoría psicoanalítica siguen ignorados por la gran mayoría del público, e incluso, por no pocos de los que se adscriben a esta ciencia joven, un desconocimiento que conduce a comentarios y juicios despectivos por parte de quienes no entienden sus bases epistemológicas. En este ensayo, se intentará esclarecer los principios fundamentales de la teoría psicoanalítica para poner en evidencia el lugar central que juega en la reflexión científica actual, diferenciándola de las diversas escuelas de psicologías y de las neurociencias, y explicitando su articulación con las ciencias sociales y, muy en especial, con la antropología que constituye una vertiente imprescindible de la teoría, hasta el punto de que la antropología psicoanalítica se presenta como una tematización del psicoanálisis que remite a una reflexión sobre sus fundamentos filosóficos subyacentes. Para entender estas consideraciones, se impone la pregunta elemental: ¿Qué pretende estudiar el psicoanálisis?, ¿Cuál es la originalidad del planteamiento de Freud? Como definición simple y concisa, se dirá que el psicoanálisis intenta construir una ciencia del sujeto del Inconsciente, cuya condición es el lenguaje. Cabe recordar que Freud era médico y elaboró su teoría a partir de la escucha de sus pacientes y de sus quejas, o sea, prestando la mayor atención a las palabras que oía. Escribe Lacan: “Si el psicoanálisis debe constituirse como ciencia del Inconsciente, conviene partir de que el Inconsciente está estructurado como un lenguaje” (Lacan, 1964). Dicho de otro modo, el Inconsciente, concepto central de la teoría psicoanalítica, es el resultado, para el ser humano, del encuentro de su cuerpo biológico con un idioma y una sociocultura heredados de sus antepasados, no transmitidos genéticamente sino por el contacto con otros miembros de su comunidad. Muchos animales tienen sistemas de comunicación más o menos complejos, pero solo la especie humana ha desarrollado un lenguaje que, a su vez, ha transformado radicalmente su manera de vivir, pensar, relacionarse con los otros y actuar, permitiéndole extraerse de su realidad inmediata para reflexionar sobre su situación y proyectarse en espacios ficticios, pero también cuestionarse sobre la significación de su existencia y de la muerte, rebelarse, angustiarse. Al nivel de los efectos del lenguaje sobre el sujeto, es preciso añadir otro, colectivo, él de la memoria simbólica de cualquier grupo humano, el gran Otro en términos lacanianos, el “tesoro de los significantes”, lugar de los saberes y valores que vehicula toda sociocultura en sus discursos1. Es así como el hecho de ser hablante ha modificado por completo el comportamiento de la especie homo sapiens que ya no actúa en base a instintos, sino que obedece a imperativos culturales. Apenas nacido —e incluso antes— el pequeño humano está inmerso en un universo de costumbres, de rituales, de reglas y relatos que organizarán su manera de pensar, comportarse y convivir con los otros. Freud, en “El porvenir de una ilusión” (1927), explica que entiende por cultura “todo aquello en que la vida humana ha superado sus condiciones biológicas y se distingue de la vida de los animales”, y continua: La cultura humana muestra […] dos distintos aspectos. Por un lado, comprende todo el saber y el poder conquistados por los hombres para llegar a dominar las fuerzas de la Naturaleza y extraer los bienes naturales con que satisfacer las necesidades humanas, y por otro, todas las organizaciones necesarias para regular las relaciones de los hombres entre sí y muy especialmente la distribución de los bienes naturales alcanzables. (pp. 2961-2962) Corresponde al registro simbólico de Lacan. El Inconsciente precisamente se sitúa en el quiasma de la dimensión simbólica de la cultura y la dimensión real del cuerpo individual, articulados con la representación imaginaria que cada persona se hace de sí mismo y de su Yo. Este ternario real, simbólico, imaginario, ancla al sujeto y sus objetos tanto en lo material como en lo intangible, en una topología que caracteriza al ser humano. La paulatina estructuración subjetiva que resulta de este proceso socializador, así como la impregnación simbólica que marca todas las producciones humanas, desde la fabricación de herramientas y la realización de obras de arte, hasta la economía, o incluso las matemáticas, para no citar más, constituyen el campo de estudio del psicoanálisis. De allí, el desarrollo de una clínica que puede ser singular, pero también colectiva e institucional, y de investigaciones que intentan desemboscar las expresiones del alma humano en sus realizaciones materiales y espirituales. Para abordar su objeto de estudio, el psicoanálisis, como cualquier otra ciencia, ha implementado un método propio de investigación que consiste en abrir el acceso del Inconsciente a la verbalización y a la expresión simbólica. Desde luego, resulta imposible penetrar el pensamiento de una persona, por lo que el analista funda su práctica en la escucha del discurso del analizante, y le invita a hablar lo más libremente posible, y decir todo lo que le pasa por la cabeza, sin controlar sus palabras. Y puntualiza este discurso y lo interpreta, resaltando aspectos a los cuales el hablante no había prestado atención. Las formaciones del Inconsciente como los sueños y las asociaciones libres, las metáforas y metonimias, los lapsus, las equivocaciones ofrecen un material privilegiado. ______ 1. Respecto al concepto de gran Otro, ver: M. A. Dupret (2018), p.31. ______ Pero el psicoanálisis no se limita a la clínica y existen otras fuentes de gran interés para ampliar el conocimiento del alma humana. La literatura, el relato histórico, o también las creencias y comportamientos típicos que reflejan la memoria olvidada del grupo, dan cuenta de la subjetividad de una época, de un lugar, y permiten conocer e interpretar rasgos psíquicos propios a los integrantes de esta comunidad. Porque el sujeto humano nunca es creador de su propio pensamiento, sino que está siempre y necesariamente moldeado por los comportamientos de su entorno, su idioma materno y los valores socioculturales que le están transmitidos. Este hecho explica por qué la praxis psicoanalítica no puede restringirse al abordaje individual, sino que debe tomar en cuenta y dar toda su importancia al contexto sociocultural. Por otro lado, al tener como objeto de estudio al Inconsciente que no es asequible directamente sino a través de un proceso de exteriorización por medio de enunciados discursivos, el psicoanálisis ha impuesto una exigencia ineludible para quien quiera devenir psicoanalista, que es la cura personal, o sea, hacer un esfuerzo de introspección por medio de un recorrido de cierta duración con un psicoanalista formado, y que le permita descubrir en sí mismo sus dificultades y sus cuestionamientos entorno a su vida personal y social. En este aspecto, el psicoanálisis se asemeja a la formación de muchos chamanes que, por lo menos en tiempos pasados, tenían que pasar por un periodo de aprendizaje acompañado de ayunos y restricciones de la vida sexual, para obtener conocimientos y poderes curativos. Claude Lévi-Strauss (1974), en un artículo publicado primero en 1949, La eficacia simbólica, muestra la proximidad entre la cura psicoanalítica y el chamanismo. El psicoanálisis nace a finales del siglo XX, a la par con el primer desarrollo de las ciencias sociales, en una época cuando la psicología, a duras penas, se desprende de la filosofía. De allí surgió la idea de que se trata de una escuela de psicología. En realidad, el interés del psicoanálisis difiere del de las psicologías, no es el comportamiento individual sino el ser hablante, estructurado psíquicamente en función de su relación con el lenguaje y con los valores simbólicos y espirituales de su cultura. Desde luego, cada enfoque psicológico ofrece materiales importantes que la teoría psicoanalítica no puede desconocer. Es así como la Gestalt o psicología de la forma, propone elaboraciones teóricas sobre la percepción y la manera de cómo el sujeto se relaciona visualmente con su entorno, una dimensión esencial para la comprensión del funcionamiento de la mente humana y que, en psicoanálisis, corresponde al registro imaginario y sirve de base a conceptualizaciones esenciales como el Estadio del Espejo, una etapa crucial en el desarrollo del psiquismo, o el fantasma y los procesos identificatorios. También la psicología cognitiva tiene aportes muy valiosos, aunque necesitan reinterpretaciones teóricas en relación con el registro simbólico. Cabe notar que parte de la confusión entre el psicoanálisis y las escuelas de psicología viene del hecho de que existe una psicología cuya inspiración es la teoría psicoanalítica, por lo que se interesa por el sujeto del Inconsciente y los efectos de la dimensión de lenguaje en su estructura psíquica. Otra equivocación absurda de la actualidad es enfrentar psicoanálisis y neurociencias. Paradoxalmente, Freud con sus estudios sobre neurología y sinapsis cerebrales fue uno de los padres de las neurociencias. Sin embargo, dejó este campo para interesarse por la influencia de la dimensión simbólica en el sujeto, orientando sus investigaciones al conocimiento del alma humano, como le gustaba decirlo, y a los grandes cuestionamientos existenciales que acucian al ser humano, la muerte, el sexo, la agresividad, el amor… A cambio, las neurociencias no prestan atención a las cuestiones lingüísticas y culturales, sino que se centran en el funcionamiento del cerebro, un órgano sin inconsciente, exento de marcas socioculturales y libre de la historia personal del sujeto. Los aportes de la teoría psicoanalítica al conocimiento del alma humano son amplios. Entre los principales, se mencionará una aprehensión original de la psicosis, como Michel Foucault lo reconoce en su Historia de la Locura (1972, p.360). En palabras de Freud, en cualquier patología mental, se encuentra un ‘fragmento de verdad’, por lo que un delirio no consiste en una suma de absurdidades, sino que tiene coherencia y lógica, a pesar de no corresponder a ideas y representaciones compartidas por el común de la gente: No solo hay método en la locura, como el poeta ya percibió, sino un fragmento de verdad histórica […] El reconocimiento de su núcleo de verdad (del delirio) proporcionaría una base común sobre la cual podría desarrollarse el trabajo terapéutico. Este trabajo consistiría en liberar el fragmento de verdad histórica de sus distorsiones y sus relaciones con el presente y hacerlo remontar al momento del pasado al cual pertenece. (Freud, 1937, p. 3372) El psicoanálisis ofrece también una teorización muy elaborada del proceso de estructuración psíquica del niño, desde su nacimiento y su primer contacto con el mundo de las palabras, hasta la adultez. Siguiendo a algunos psicoanalistas, he propuesto considerar tres etapas en el desarrollo psíquico infantil, relacionadas con una evolución en las modalidades de vinculación con la palabra: las estructuraciones arcaica, cultural e ideológica, que corresponden respectivamente a los primeros años de vida, a la época de latencia y al pasaje adolescente (Dupret, 2013, pp. 67-91). No debemos sorprendernos de que muchas socioculturas tradicionales acompañan el paso de una a otra etapa por ceremonias y rituales: en el catolicismo, la primera comunión simboliza el paso de la primera infancia a la edad de la razón, y el sacramento de confirmación indica para el joven, la entrada en un nuevo periodo de vida y de responsabilidad. Este ejemplo ilustra el interés de la aproximación antropológica al mostrar en qué medida la manera de pensar del ser humano y su estructuración psíquica no son construcciones abstractas, sino que reflejan una conceptualización compartida por socioculturas muy diversas. Desde el inicio, el psicoanálisis se apoyó en datos antropológicos para corroborar sus tesis. Freud, en Tótem y Tabú (1912;1913), cuyo subtítulo “Algunos aspectos comunes entre la vida mental del hombre primitivo y los neuróticos” es muy significativo, utiliza como principales referencias los aportes etnológicos de su época para erigir su teoría de la fobia y de la neurosis obsesiva, y construir el mito del asesinato del padre de la horda que tiene como trasfondo el sacrificio semita estudiado por Robertson Smith (1894). Lacan, por su parte, se refiere a menudo a la antropología estructural de Claude Lévi-Strauss. Este interés continuo se explica en la medida en que la teoría psicoanalítica tiene como objeto al psiquismo humano universal y no solo al sujeto postmoderno. Para aclarar lo que entiende por cultura, Freud, en la cita antes mencionada, se refiere a las relaciones que los distintos sujetos mantienen entre sí y con los otros, una parte constitutiva de la estructura del Inconsciente, interfaz entre el sujeto singular y su sociedad. De allí, el valor indudable del análisis de los enunciados discursivos y de su impacto en la estructura del lazo social, el tejido de palabras que unifica a los integrantes de un grupo, a la vez que sobredetermina, para cada sujeto, el lugar que ocupa y los límites de su poder de actuar en el escenario sociopolítico y económico. En este sentido, la teoría lacaniana de los discursos (Lacan, 19691970) constituye un aporte muy importante del psicoanálisis al campo de la ciencia política y de la filosofía, como lo reconocen algunos autores, entre los cuales se destaca Slavoj Zižek, por ejemplo, en su libro Menos que nada. Hegel y la sombra del materialismo dialéctico (2015). En la lección del 18/02/1970, Lacan opone al discurso del Amo de la (post) modernidad occidental el “discurso mítico”, una estructura discursiva que organiza un lazo social en función de figuras de referencia inmateriales, fundada en la eficacia simbólica de la palabra y en la idea de participación (Dupret, 2022). Lo cierto es que los efectos del discurso mítico en la estructuración psíquica de sujetos para quienes, por ejemplo, la Pachamama juega un papel esencial, constituyen un tema de gran interés y un reto para la antropología psicoanalítica en su intento de incorporar a la teoría nuevos conocimientos provenientes de socioculturas tradicionales y originarias. Y lo cierto es que el descubrimiento de grupos humanos organizados por estructuras culturales diferentes ofrece al psicoanálisis la oportunidad de poner a prueba sus conceptos y su modelo teórico2. Es así como la noción de narcisismo articulada con la estructura del Yo no plantea las mismas cuestiones en sociedades donde prevalecen la dimensión colectiva y el sentimiento de participación, o cuando se refiere al sujeto de la postmodernidad dominada por un individualismo excluyente. Así mismo, la teorización psicoanalítica de la locura, o “psicosis”, no puede aplicarse a sociedades tradicionales sin mayores ajustes. Por ejemplo, para un extranjero, resulta difícil discernir entre alucinaciones patológicas y las voces que juegan un papel esencial para los grupos animistas: ¿Son las voces de espíritus cuya identidad está siempre definida —o podría serlo—, y cuya función es orientar a la persona y al grupo respecto a las decisiones que deben tomar? O ¿se tratan de voces que utilizan unas palabras extrañas e incomprensibles para el sujeto, como las que menciona Schreber en su libro titulado Memorias de un neurótico y analizado por Freud (1910)?, o incluso, ¿se perciben como imperativos anónimos, parecidos a los de los “escuchadores de voces”?, o bien ¿conviene considerar a esas voces dentro de un lenguaje psiquiátrico como alucinaciones orales? No hay duda de que investigaciones de esta índole nutrirían el debate teórico y afinarían la epistemología psicoanalítica. De la misma manera, un mejor conocimiento del pensamiento mítico de sociedades no dominadas por el discurso capitalista despejaría el camino hacia una escucha menos distorsionada del malestar de sujetos sujetados a un Inconsciente estructurado por una lengua diferente, y que, por ende, viven la dimensión simbólica y los juegos de poder con otra sensibilidad —me refiero en especial a la opresión sociopolítica hacia los grupos que han experimentado y experimentan todavía la marginación heredada del colonialismo—. En un plan menos dramático, las representaciones que las comunidades tradicionales se dan del Universo, su cosmología, y la dinámica que las subtiende, así como su forma de aprehender y elaborar las grandes problemáticas existenciales, están llenas de enseñanzas e ilustran la posibilidad de lógicas no occidentales, menos intelectualistas, con un uso muy creativo de metáforas y figuraciones sensibles, y con topologías originales. _______ 2. Cabe dar un lugar especial a los trabajos de Georges Devereux en etnopsiquiatría y etnopsicología; sin embargo, no intentó construir un modelo teórico, por lo que no trataré su obra aquí. _______ En fin, al dirigirse hacia socioculturas diferentes, el cuestionamiento sobre temáticas como la Metáfora Paterna o la Ley Universal de Prohibición del Incesto y del Parricidio, y, por supuesto, un retorno al análisis estructural del Complejo de Edipo a partir de los conocimientos antropológicos actuales, renovarían las perspectivas teóricas, obligando a los clínicos salir de una rutina a menudo desgastada por el hecho de no darse el tiempo de repensar su clínica. El enriquecimiento del psicoanálisis por este encuentro con pueblos organizados por discursos, creencias y pensamientos diferentes de los de la postmodernidad es evidente. Aunque no hay espacio para ampliar este aspecto, el acercamiento a sujetos más lejanos también abre el camino a una clínica mucho más atenta a su sufrimiento psíquico y a una praxis que favorece espacios de mediación más adecuados.3 Al terminar este ensayo, queda la esperanza de haber demostrado que el intercambio y la escucha mutua entre los psicoanalistas y los integrantes de socioculturas tradicionales u originarias promueven nuevas motivaciones y temáticas para las ciencias sociales, con desafíos insospechados, incluso en campos tan importantes como el análisis de los discursos sociopolíticos o la conceptualización de la vida en común, la relación entre los sexos o la salud mental. Estudios e investigaciones de esta índole serían sin duda la oportunidad para descubrir pistas y modos de lecturas originales para la clínica psicoanalítica y ayudar a desencarcelarla de una visión unilateral y demasiado etnocéntrica del psiquismo humano. La antropología psicoanalítica, de este modo, produciría un rejuvenecimiento del psicoanálisis, y, por ende, de todas las ciencias sociales. Y favorecería la escucha de sujetos otros, sin el sesgo de la racionalidad occidental, dando lugar a la expresión de pensamientos diferentes sobre las cuestiones más acuciantes para el ser humano, como su devenir planetario o su locura bélica. ______ 3. Mi artículo Melancolización del lazo social en los Andes (2023) intenta responder a esta preocupación. _______ Referencias bibliográficas Dupret, M. A. (2013). Génesis y devenir de un sujeto. En M. A. Dupret & J. Sánchez-Parga (Eds.), Teorías críticas del sujeto: De Freud y Lacan a Foucault, Touraine y Lévi-Strauss. Abya Yala. Dupret, M.-A. (2018). La servidumbre voluntaria del sujeto posmoderno. Ecuador Debate, 104, 31-40. Dupret, M.-A. (2022). Discours mythique, divination et rapport à la parole. Le Bulletin Freudien, 67, 39-48. Dupret, M.-A. (2023). Melancolización del lazo social en los Andes. Ecuador Debate, 118, 33–50. Foucault, M. (1972). Histoire de la folie à l’âge classique. Gallimard. Freud, S. (1910). Observaciones psicoanalíticas sobre un caso de Paranoia (“Dementia Paranoides”) autobiográficamente descrito. En Obras Completas (Vol. IV). Biblioteca Nueva. Freud, S. (1912-1913). Tótem y Tabú. En Obras Completas. Biblioteca Nueva. Freud, S. (1927). El porvenir de una ilusión. En Obras Completas (Vol. VIII). Biblioteca Nueva. Freud, S. (1937). Construcciones en psicoanálisis. En Obras Completas (Vol. IX). Biblioteca Nueva. Lacan, J. (1964). El seminario, libro 11: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis (J. A. Miller, Ed; T. Valentín, Trad.). Paidós. Lacan, J. (1992). El seminario, libro 17: El reverso del psicoanálisis (1969-1970) (J. A. Miller, Ed; T. Valentín, Trad.).). Paidós. Lévi-Strauss, C. (1974). Anthropologie Structurale. Librairie Plon. Robertson Smith, W. (1894). The religion of the Semites. A. y C. Black. Žižek, S. (2015). Menos que nada. Hegel y la sombra del materialismo dialéctico. Ediciones Akal.