Republicanas Negras ante el Racismo: Cuba y Ecuador. Yana runakuna Republicapi sinchi kawsaykunamanta: Cuba mamallaktapi, Ecuador mamallaktapiapash. Black republican women against racism: Cuba and Ecuador. Jos Antonio Figueroa jagueroa@uce.edu.ec ORCID: 0000-0002-0531-5875 Universidad Central del Ecuador (Quito, Ecuador) Cita recomendada: Figueroa Prez, J.A. (2022). negras ante el racismo: Cuba y Ecuador. Revista Sarance, (49), 165-186. https://doi.org/10.51306/ ioasarance.049.08 Republicanas Resumen Este artculo busca contribuir a resaltar las voces de las mujeres negras en el contexto de dos eventos que muestran la profundidad del racismo en Latinoamrica: la masacre del Partido Independiente de Color ocurrida en Cuba en 1912 y la Guerra afroesmeraldea que tuvo lugar en Ecuador entre 1913 y 1916. Las voces de las mujeres afrodescendientes son reconocidas como contribuciones fundamentales del republicanismo y del humanismo negro que se oponen a los legados de la esclavitud as como al racismo. Palabras claves: racismo; mujeres negras republicanas; masacre del Partido Independiente de Color; Cuba; Guerra afroesmeraldea; Ecuador. Tukuyshuk Kay killkayka yana warmikunapa rimaykunata sinchiyachinkapakmi munan. Shinallatak kay warmikunapa ishkay sinchilla wiaykawsaykunata yarishpami killkarishka kan. Chaykunami kan Abya Yalapi racismota kawsashkamanta, shukka kanmi 1912 watamanta, Cuba mamallaktapi Partido Independiente de Color nishka runakunata wauchishkamanta. Chayshukka kanmi, 1913 watamanta, 1916 watakaman Ecuador mamallaktapi afroesmeraldea nishka Makay llakimantapash riman. Yana warmikunapa rimaykunaka ninan sinchimi kashka, kunanpi republicanismo nishpa Revista Sarance, ISSN: 1390-9207; ISSNE: e-2661-6718 Fecha de recepcin: 208/09/2022; fecha de aceptacin: 26/10/2022 165 yariyanchik pachakunamantaka, shinallatak yanakunapa humanismo nishka yuyaykunapakpash ninan sinchi yuyay kashka. Chaypimi paykunaka kashna nishpa shayarin, yana runakunata ama pacha llakichinachu ninmi, racismo unkuytapash ama pacha katinachu ninmi. Sinchilla shimikuna: racismo; republicano pachapi yana awarmikuna; Partido Independiente de Color wauchiymanta; Cuba; afroesmeraldea Makay; Ecuador. Abstract This article seeks to contribute to highlighting the voices of black women in the context of two events that show the depth of racism in Latin America: the massacre of the Independent Colored Party that occurred in Cuba in 1912 and the Afro-Esmeraldea War that took place in Ecuador between 1913 and 1916. The voices of women of African descent are recognized as fundamental contributions to republicanism and black humanism that oppose the legacies of slavery as well as racism. Keywords: racism; black republican women; massacre of the Independent Colored Party; Cuba; Afro-Ecuadorian War; Ecuador. Introduccin A partir de la segunda mitad del siglo XIX, a nivel continental, se activ el racismo como doctrina cientca y como prctica social e institucional. Esto ocurri luego de la abolicin de la esclavitud que se dio en la mayora de los pases americanos y de que importantes contingentes de afrodescendientes participaran en procesos polticos encaminados a consolidar la construccin de modelos republicanos democrticos en esos pases. Este artculo explora el modo en el que, en Cuba y Ecuador, un conjunto de voces femeninas negras respondieron a la radicalizacin del racismo que se dio a inicios del siglo XX y que se expres en dos acontecimientos tan impactantes como invisibilizados a nivel continental: la masacre del Partido Independiente de Color que ocurri en Cuba luego de la independencia protagonizada por afrodescendientes y la guerra de guerrillas protagonizada por afrodescendientes en Ecuador entre 1913 y 1916 luego del asesinato de Eloy Alfaro. En Cuba, a pocos aos de fundada la repblica y de conseguida la independencia de Espaa, ambos procesos liderados por afrodescendientes, se activ un racismo de Estado que se tradujo en la masacre del Partido Independiente de Color en 1912; diversas fuentes calculan que en este episodio fueron asesinados entre 3.000 y 5.000 afrodescendientes e incluso fuentes como las de Fernndez calcula en 12.000 el nmero de vctimas1. En el caso de Ecuador, luego del asesinato en 1912 de Eloy Alfaro, lder del liberalismo radical, se produjo una guerra de guerrillas liderada por afroesmeraldeos que intentaban recuperar las banderas progresistas del radicalismo. En este caso, el rgimen liderado por Leonidas Plaza respondi con una ofensiva militar que incluy el bombardeo de la ciudad de Esmeraldas y produjo un nmero de bajas entre 4.000 y 5.000 esmeraldeos, hombres y mujeres, en su mayora afrodescendientes vinculados al liberalismo radical. La participacin de los afrodescendientes y de los sectores subalternizados en los procesos de construccin de las repblicas ha sido silenciada (Trouillaut, 2017), lo que se expresa con ms fuerza en el caso de las mujeres. Una de las contribuciones ms importantes de lo que grosso modo puede llamarse republicanismo popular es el rescate de esas voces invisibilizadas y su articulacin con un modelo de democracia ms amplio e inclusivo (Sanders, 2009; Coronel, 2022; Coronel y Cadahia, 2018; Figueroa, 2022; Guanche, 2017). En Cuba, a partir del 2012, cuando se celebr el centenario de la masacre del Partido Independiente de Color, un importante contingente de investigadoras e Vase: https://www.ecured.cu/Masacre_de_los_Independientes_de_Color investigadores, afrodescendientes en su mayora, se aboc a la tarea de rescatar las memorias de esta masacre que, a pesar de haber tenido un signicado fundamental en la historia republicana, haba sido marginada de la historia nacional incluso durante el perodo posterior a la revolucin de 1959. Esta tarea fue facilitada porque en Cuba existen importantes repositorios con voces de intelectuales afrodescendientes que, si bien en su mayora son hombres, tambin contiene importantes rastros de voces de mujeres. Este repositorio se cre en el contexto de la doble lucha por la independencia nacional y contra la esclavitud y fue estimulado por una serie de medidas tomadas por la corona espaola a favor de la conformacin de asociaciones, lo que permiti que se conformaran grupos de intelectuales afrodescendientes que tuvieron una importante incidencia en una discusin pblica que inclua temas que iban desde la losofa, la poltica, hasta la historia y la cultura, con una clara tendencia anti racista y anti esclavista. En ese contexto, las voces femeninas expresaron su posicionamiento ante los retos que planteaba la reactivacin del racismo en la repblica temprana (Hevia, 2015; Almeida, en prensa). Figura 1 rsula Coimbra de Valverde Fuente: rsula Coimbra de Valverde fue maestra, msica y escritora. Anti racista y fundadora de la revista Minerva, Cuba. https://cubaposible.com/guras-ocultas-del-feminismo-cuba/ursula.coimbra-de-valverde/ Al comparar las experiencias de Cuba y Ecuador en el contexto del republicanismo popular y del liberalismo radical, nos encontramos con que la fragmentacin e invisibilizacin de las fuentes es an ms dramtica en el caso ecuatoriano. En este pas, la mayoritaria concentracin de la poblacin afrodescendiente a inicios del siglo XX en la provincia de Esmeraldas, zona inserta al pas dentro de una lgica predominantemente interno colonial, es un factor que ha contribuido a fragmentar la existencia de fuentes sobre eventos protagonizados por los sectores subalternizados y a aanzar la nocin de carcter perifrico de la regin. En este sentido, las voces de las mujeres negras insertas dentro del republicanismo popular han sido silenciadas por el triple efecto de la racializacin, la condicin interno colonial de la provincia y la discriminacin de gnero. Sin embargo, importantes trabajos como los de Chvez (2001) y Belanztegui, Lara y Morales (2021), proponen la visibilizacin de la lucha encabezada por mujeres negras contra la esclavitud, mientras el reciente trabajo de titulacin de Hernndez (2022), que forma parte de la lnea de investigacin sobre racismo de la Facultad de Artes de la Universidad Central del Ecuador, constituye un paso hacia el reconocimiento de la voz femenina en la guerra afroesmeraldea. Como mostr en un trabajo anterior (Figueroa, 2022), la reconstruccin de esas voces slo es posible a travs del acceso a un conjunto de fuentes aparentemente dispersas y que pueden encontrarse en mbitos como los archivos, las revistas, la literatura o los registros fotogrcos, as como los recursos que perviven en la memoria oral. En este sentido el recurso a la interdisciplinaridad no es solamente una estrategia metodolgica y epistemolgica de por s acadmicamente potente, sino que es tambin un ejercicio poltico que se convierte en una alternativa al silenciamiento de las voces promovido por experiencias dramticas como la esclavitud, el racismo y el patriarcalismo. En este trabajo se tomar como una de las fuentes ms importantes novelas de ambos pases, contrastadas con datos histricos y etnogrcos. En el caso de Cuba, se analizar la forma como se construyen los imaginarios dominantes sobre la mujer racializada a partir de las novelas Cecilia Valds de Cirilio Villaverde y Pedro Blanco, El Negrero, de Lino Novs Calvo; se ver cmo estos imaginarios se desplegaron en el contexto de la fundacin del Partido Independiente de Color y de la formulacin de reclamos polticos por parte de la poblacin afrodescendiente y se vern algunas de las respuestas dadas por la mujeres afrocubanas, especialmente mediante las correspondencias que enviaron al peridico Previsin, rgano del Partido Independiente de Color. En el caso del Ecuador, me detendr en la forma en la que el escritor Adalberto Ortiz disea las voces femeninas negras en las novelas Juyungo y El Espejo y la Ventana, que toman como eje central la guerra de los afrodescendientes y el problema del racismo. Las republicanas negras cubanas: la virtud contra el racismo. La novela constituye una poderosa herramienta cultural. Trabajos pioneros como los de Edward Said (1978) muestran que esta construye y refuerza imaginarios sobre amplias regiones y constituye uno de los legados ms inuyentes en la delimitacin de las zonas geogrcas y en la creacin de imaginarios sobre grupos poblacionales. Said (1978) mostr cmo narrativas locales, nacionales e internacionales fueron fundamentales en la constitucin de los imaginarios -y las prcticas subsecuentes- en torno a lo que se deni como oriente. Por su parte, los trabajos de Doris Sommer (2006) describen cmo la novela y su circulacin en escuelas, colegios y universidades fueron elementos cruciales en la construccin de las repblicas latinoamericanas decimonnicas. En este sentido, las novelas sern analizadas como promotoras de imaginarios de gran impacto social, lo cual puede constituir un ejercicio an ms productivo una vez se confronta ante datos etnogrficos e histricos (Figueroa, 2022). La prolongacin de la condicin colonial a nales del siglo XIX en Cuba ofrece una posibilidad excepcional para el estudio de la esclavitud, el racismo y el colonialismo. Uno de los ms potentes legados del siglo XIX cubano es el de la produccin intelectual y literaria afrodescendiente que incluye descripciones sobre los terribles dramas que enfrentaron los esclavizados y racializados durante la esclavitud y la repblica temprana. La poesa y la literatura fueron tanto un vehculo de expresin como un instrumento de lucha por la libertad como sucedi con poetas como Juan Francisco Manzano, Ambrosio Echemenda o Gabriel de la Concepcin Valdez, Plcido. De igual manera, novelas del siglo XIX, escritas por intelectuales blancos, algunos de ellos vinculados al independentismo, constituyen una fuente privilegiada de informacin sociolgica y poltica. Este es el caso de la novela Cecilia Valdez, escrita por Cirilio Villaverde, que, diseada en las convenciones del realismo y el romanticismo (Medrano Arce, nmd), constituye una de las descripciones ms vvidas del esclavismo cubano. El realismo de la novela expresa la mirada de Villaverde, quien fuera testigo privilegiado, en tanto hijo del mdico que estaba a cargo del ingenio La Tinaja, uno de los escenarios principales de la novela, y quien tambin haba sido un observador crtico de la esclavitud. En el caso de la novela Pedro Blanco, El Negrero, centrada en la vida de quien fuera uno de los ms poderosos tracantes de seres humanos en Cuba, nos encontramos con un documento que oscila entre la narracin biogrca y la ccin y ofrece una perspectiva muy aguda sobre las condiciones inhumanas del comercio esclavista, as como la terrible vida en las factoras y en los viajes del denominado comercio negrero. Ambas novelas ofrecen un material excepcional para ver cmo en la cuba esclavista y posesclavista se construyeron imgenes en torno a la mujer negra y permiten ver las formas ambivalentes que adopt la idea de gnero entre la poblacin esclavizada y racializada. As, mientras a los hombres negros, mediante una accin sincronizada entre las imgenes de la antropologa, el derecho, la medicina, el aparato jurdico y policial se les construy como criminales en potencia o en acto (Figueroa, 2022), a la mujer negra se le construy principalmente como un objeto sexual. Como veremos, estos dos imaginarios racistas, patriarcales y clasistas fueron disputados uno a uno por un importante grupo de mujeres en la Cuba republicana. La novela Cecilia Valdez, cuya escritura va desde los aos treinta - en los que se publica la primera versin- hasta los aos ochenta del siglo XIX - cuando sale a la luz la versin denitiva- ofrece un cuadro detallado y minucioso de la esclavitud en Cuba, as como de las condiciones de las mujeres en la Cuba colonial. La novela constituye una fuente invalorable para explorar los modos de construccin del gnero femenino en el contexto del esclavismo y, a pesar de recoger elementos propios del folletn, el realismo y la crtica al sistema esclavista, constituye una fuente fundamental en la descripcin de la sociedad colonial y la perspectiva sobre la mujer cubana en este contexto. Como sostiene Gonzles (2012), la novela se basa en gran parte en informacin de primera mano ya que Villaverde conoci bien los escenarios en los que transcurre la novela, como el ingenio La Tinaja, donde se describe en un captulo completo las espantosas condiciones de vida de la poblacin esclavizada y representa una etnografa de las pasiones mediatizada por el terror y el miedo, as como por la sexualizacin, elementos fundamentales en el sostenimiento una sociedad racista (Figueroa, 2023). Cecilia Valdez tambin inaugura una larga tradicin de la novela latinoamericana como gnero que describe, desde la mirada de las relaciones familiares, las estructuras profundamente asimtricas que se dan en la conformacin de un modelo patriarcal inserto en el esclavismo. El papel central que ocupa la familia, como espacio en que convergen las relaciones de dominacin marcadas por la interseccionalidad del gnero, la raza y la clase, aparece como otra muestra del intrigante modo como en el contexto colonial y neocolonial latinoamericano las relaciones mediadas por la economa moral sustituyen a lo pblico (Figueroa, 2009). Al pensar en la centralidad de la familia, la novela ofrece una ruta excepcional para comprender la constitucin de las relaciones de gnero y la forma en la que estas estn mediatizadas por lo racial en el contexto del esclavismo (Fernndez Robaina, 2012; Hevia, 1998; Figueroa, 2022). Con un hilo argumental sencillo, Cecilia Valdez ofrece un rico cuadro de la Habana de inicios del siglo XX. La novela empieza describiendo el enigmtico nacimiento de la bella Cecilia, cuya vida estar marcada por su condicin de ilegtima hija de Cndido Gamboa y de una mulata. La vida de Cecilia Valdez, criada por su abuela, transcurre en el barrio de La Loma del ngel, con un espritu libre y convencida de que su belleza ser el mecanismo que le permitir ascender socialmente en una sociedad habanera profundamente estraticada en trminos de clase, raza y gnero. En ese contexto, es amada en silencio por el mulato clarinetista Jos Dolores Pimienta, pero tambin llama la atencin de Leonardo Gamboa, con quien tiene un amoro, desconociendo mutuamente que son hermanos de padre. Leonardo, a pesar de su amor pasional con Cecilia y de que esta tiene una hija suya, decide casarse con la aristcrata Isabel Ilincheta, lo que desata la furia de Cecilia quien indignada incita a Jos Dolores a que asesine a Isabel, pero este termina asesinando a Leonardo. Cecilia es encerrada en un hospital donde conoce a su madre y donde al parecer se entera de sus orgenes. Esta trama sencilla sirve como vehculo para describir la vida de una familia esclavista, los Gamboa, la vida social de la Habana, el ingenio La Tinaja funcionando con obra de mano esclava al tiempo que da una gran visibilidad a las perspectivas de las mujeres blancas, mulatas y negras, libres y esclavizadas. Cecilia representa la mulata, eptome del deseo sexual en las sociedades esclavistas y racializadas (Beltrn, 2019, p. 237). En su exploracin sobre los devenires de la asociacin entre mulata y sexualidad en Cuba, Beltrn (2019) explora las conexiones sealadas por Cmara (2002) entre el estatuto que se le otorga a la mulata en el contexto de un mestizaje que combina los elementos maternales, conciliadores y armnicos de la Virgen de la Caridad del Cobre y los componentes sexuales y lascivos que se le atribuyen a la mulata. A su vez, retoma a Monteleone quien advierte las preocupaciones de los criollos frente a una repblica independiente puesta en cuestionamiento por un sector mulato demogrca y econmicamente en ascenso, y siguiendo a Tamara Kneese sostiene que la mulata es un producto del imperialismo espaol y de la esclavitud cubana en las plantaciones de tabaco y azcar, fruto de la desigualdad socioeconmica y de la violencia sexualizada hacia las mujeres afrodescendientes por parte de los hombres blancos(Beltrn, 2019). La imagen hipersexualizada de la mulata sirve para construir en contraparte a la mujer blanca como casta, como defensora del honor familiar, fundamento en el que se erigen las relaciones maritales legtimas e ilegtimas que, a su vez, se relacionan con el origen de hogares matrifocales fundamentados en el concubinato (Beltrn, 2019, p. 241; Figueroa, 2009). La imagen sobre la mulata es ambigua ya que al tiempo que se le sexualiza constituye el depsito sobre el miedo a la degeneracin racial, lo que produjo en el contexto colonial de Cuba una proliferacin de discursos preventivos dirigidos hacia el hombre blanco, especialmente desde el higienismo (Mena, 2007, p. 77). La gura de la mulata tambin se construa como fuerte y temeraria, en oposicin a la fragilidad de la blanca y a la supuesta tendencia de esta a enfermarse, discurso promovido por el sistema mdico, por lo que se le obligaba a recluirse, lo que haca que paradjicamente las negras y mulatas libres tuvieran en ciertos mbitos ms capacidad de movimiento (Mena, 2007, p. 78). En la novela, el carcter de Cecilia Valdez se asocia con esa movilidad caracterstica de la mulata urbana libre, la cual tena posibilidades de dedicarse a actividades como costurera, vendedora, recadera, as como a otras formas de trabajo manual indispensables para la vida social (Mena, 207, pp. 79-80). De hecho, las mulatas y negras libres tenan ms posibilidades de acceder a propiedades y bienes que los hombres negros, lo que incida en que, en muchos casos, estas prerieran el concubinato con blancos antes que la unin con hombres condenados a no tener posesiones por su condicin racial, como lo describe la novela en la tormentosa relacin de Jos Dolores Pimienta con Cecilia. Del mismo modo, las mulatas libres llevaban recados, se movan libres entre los espacios peligrosos vetados para las blancas, se dedicaban a la enseanza, a los cuidados, y en muchos casos llevaron a cabo juicios en defensa de sus propiedades (Mena, 2007), sentando as las bases para la creacin de una sociedad fuertemente matrifocal. En esta ambigedad, la gura de la mulata se construye entre su imagen como objeto del deseo clandestino, que en pases como Brasil llega a considerarse incluso una profesin asociada a la prostitucin (Giacomini, 2006), y como un agente contaminante y disruptor de la pureza racial al que haba que controlar; esa ambigedad tambin permiti el aparecimiento de suras que han contribuido a convertirlas en un sector con una amplia movilidad y con un acceso relativamente menos tortuoso a distintos ocios como prestadoras de cuidados, cocineras, barrenderas e incluso a actividades profesionales como la enfermera o la educacin. La novela tambin contrasta la condicin de las mulatas con la de las mujeres negras esclavizadas como puede verse en la gura de Mara de la Regla. Proveniente de una familia en la que haba recibido alguna formacin educativa, se convierte en esclava de la casa Gamboa, conforma la condicin de testigo-memoria de los eventos oscuros protagonizados a su interior y sufre todas las crueldades por la fragilidad derivada de su conocimiento de la intimidad y los secretos de la familia. Es la nodriza de Adela, ltima hija de los Gamboa, as como de Cecilia, la hija ilegtima del patriarca, mientras le prohibieron lactar a su propia hija, Dolores. Como conocedora de la existencia de Cecilia y de sus orgenes, y al llegar a levantar las sospechas de Doa Rosa, esposa de Gamboa, slo bast con que Mara de la Regla rompiera la prohibicin de amamantar a su propia hija para que fuera castigada, separada de su marido Dionisio y sus hijos y enviada al Ingenio La Tinaja donde sera sometida al acoso y a los tratos ms degradantes. En La Tinaja, Mara de la Regla pudo testimoniar el sistema de terror que se viva en el ingenio, los intentos de sublevacin de los esclavizados y los terribles castigos que les eran impuestos. Como personaje, Mara de la Regla evidenci los lmites y la fragilidad que tenan las esclavizadas que podan llegar a intimar con la familia y tambin el lugar que tenan, al menos en su etapa reproductiva, como objetos sexuales tanto para el placer masculino como para la reproduccin de la mano de obra esclava. Por otro lado, la novela de Lino Novs, biografa ccionalizada de uno de los ms poderosos esclavistas en Cuba, Pedro Blanco, El Negrero, describe de manera detallada elementos de la vida personal del personaje en Mlaga, su atribulada salida de su ciudad natal, empujado por una muchedumbre que quera lincharlo luego de dejar embarazada a su hermana, y adentra al lector dentro del mundo social que marcaba las rutas del esclavismo entre Cuba y las costas africanas entre Sierra Leona y Liberia concentrndose especialmente en la vida marina del trco humano. Varios estudios muestran el acceso a documentacin histrica y a narraciones provenientes de la historia oral como uno de los pilares de la novela de Novs (Walker, 2005) quien, mediante una detallada informacin, nos revela la dimensin brutal e inhumana del trco negrero y de las condiciones de vida de quienes participaban de esa forma de explotacin. En relacin con la forma como se construa la identidad femenina negra y mulata, resalta de especial inters las experimentaciones que haca un grupo de ingleses para proveer a holandeses de harenes formados en granjas de hombres de simiente escogidos, de ojos azules y cuerpos como palmas a los que cruzaban con mulatas, tambin escogidas de donde surgan sirenas, mulatas de ojos azules, muy parecidas entre ellas, para nutrir el comercio internacional de la prostitucin. Los distintos imaginarios sobre mujeres, negras y mulatas, esclavas y libres, creados en el contexto del esclavismo, se consolidaron y difundieron en el contexto del reforzamiento del racismo de Estado que se dio en la Repblica temprana de Cuba, fenmeno que precedi en Cuba a la masacre del Partido Independiente de Color en 1912. Como veremos, estos imaginarios fueron cuestionados profundamente por un grupo de cubanas afrodescendientes que se expresaron principalmente a travs de las pginas del peridico Previsin, rgano ocial del Partido. Previsin: republicanas negras contra los estereotipos de gnero. En la Cuba colonial, un sector de mujeres afrodescendientes libres, negras y mulatas utiliz las ventajas que el asociacionismo abri para el aparecimiento de un sector intelectual con presencia pblica. Como seala Hevia Lanier (2015), despus de la esclavitud, cuando la educacin se torn en una necesidad principal, grupos de mujeres intelectuales afrodescendientes tuvieron una slida produccin cultural como fue el caso de la pianista, periodista y escritora rsula Coimbra de Valverde, y otras como Amrica Font, y frica Cspedes, quienes se encargaron de producir y mantener una importante revista como Minerva. De otro lado, la fundacin del Partido Independiente de Color constituy una oportunidad excepcional para la expresin de la voz de un importante colectivo de mujeres negras; el peridico apareca como un espacio que las politizaba, lo cual era muy importante si se toma en cuenta que, a diferencia de los hombres afrodescendientes que haban conseguido el acceso al voto como reconocimiento de su papel protagnico en la guerra de emancipacin , las mujeres no haban recibido ningn reconocimiento en la nueva constitucin (Torres Elers, 2014). As, la fundacin del Partido incentiv el aparecimiento de Comits de Damas, en distintas ciudades, los cuales tenan la presidencia honorca en las guras masculinas del partido, pero operaban de manera formal y real mediante estructuras femeninas en las que las mujeres ocupaban los cargos de la presidencia, las vicepresidencias, la tesorera y las vocalas (Torres Elers, 2014, p. 2). En este sentido, Torres Elers cita a Merio (2006) quien sostiene que: a las mujeres negras relacionadas con el movimiento (el PIC) se les estaba reconociendo una personalidad poltica que no tenan en la constitucin, se les estaba integrando a un movimiento poltico, adjudicndoseles participar en una accin reservada solo para hombres y a la cual en principio se les haba convocado como simpatizantes. (Merio, 2006 en Torres Elers, 2014, p. 2) El papel estratgico que cumplan las mujeres era reconocido por el peridico que exaltaba la compenetracin y el deseo de reivindicacin (que) ha batido primero en el corazn de nuestras mujeres y estas adelfas del bien y el papel que tenan como guas de sus maridos y hermanos, y en Agentes del Partido independiente de Color as como en propagar sus doctrinas y la moralidad haciendo que todos se den cuenta lo conveniente que es para la raza de color, el que se forme un ncleo poltico capaz de hacer compartir las responsabilidades del poder con los otros partidos existentes y para que as sea las propias mujeres inscriban a sus maridos y hermanos y hacen que se inscriban los hombres de color en las listas de la Comisin Gestora del Partido Independiente de Color (Previsin, Noviembre 1909). El peridico estimul la participacin de voces femeninas negras que recogan la tradicin intelectual afrodescendiente mediante voces que, a lo largo del pas, denunciaban a la redaccin del peridico los problemas que afectaban especialmente a las familias afrodescendientes como resultado del esclavismo y del racismo de Estado que se venan imponiendo luego de la fundacin de la repblica; del mismo modo, a partir de una crtica radical a los estereotipos que el Estado racializado difunda sobre hombres y mujeres afrodescendientes y mediante el uso de nociones republicanas como la virtud, un ncleo de lectoras de Previsin planteaban estrategias encaminadas al rescate de la dignidad de la poblacin negra, al tiempo que crearon un dispositivo crtico a las imgenes racializadas sobre las negras y las mulatas. La lectora Pastora Mena, en varias cartas enviadas a la redaccin del peridico, clamaba por la dignicacin de la familia y la mujer negra. As, en una misiva enviada en septiembre de 1908, exalta el valor de la instruccin como herramienta de empoderamiento cvico y felicita al peridico por el benecio que presta en este sentido y por haberle permitido, haber hallado en l conceptos dictados por la ms sana razn, al tiempo que resaltaba la importancia que tena el Peridico Previsin para el centro cvico del que ella formaba parte, el cual buscaba entre sus objetivos principales alimentar el cerebro de sus socios y simpatizadores con la savia vivicadora de la instruccin y para apoyar la labor del peridico se ofreca como la ms humilde obrera intelectual y entusiasta admiradora y compatriota invariable. En otra carta, fechada el 30 de octubre de 1908, criticaba las teoras antropolgicas que sustentaban el racismo promoviendo la imagen del negro como proclive a la criminalidad, al tiempo que defenda el principio de igualdad de todas las razas y resaltaba otra vez la importancia de la educacin como elemento que rompera las asimetras que el racismo intentaba justicar recurriendo a teora innatistas: En las clasicaciones de raza que han hecho algunos naturalistas juzgan con poco desarrollo nuestro cerebro; ser por eso que nos colocan siempre en ltima la, sin tener en cuenta que la civilizacin todo lo modica, y que segn el agua contribuye al desarrollo de las plantas, as tambin el estudio desarrolla la inteligencia, siempre que el individuo conserve en estado armnico todas sus facultades. Hoy Cuba cuenta con hombres de color que abrazan todas las esferas del estudio cientco, y eso demuestra que nuestro cerebro es factible del mismo desarrollo y fructuoso cultivo que el de la raza blanca Pastora Mena. El abordaje que haca el Peridico Previsin sobre la descomposicin social de la familia negra resultado de las herencias del esclavismo y el racismo, hizo que, a travs de su poltica editorial, exigiera acciones del Estado encaminadas a institucionalizar las uniones maritales, lo cual tena repercusiones positivas tanto en el mbito de la legalizacin del acceso a los bienes, al tiempo que constitua un ataque radical a los presupuestos racistas que armaban la proclividad natural de la mujer negra y mulata al concubinato o a la prostitucin; as, en una nota de noviembre de 1908, se reclama por legalizar el concubinato mediante el matrimonio formal, controlar la poliginia, legalizar a la descendencia ilegtima, reconocer el derecho a la herencia, al tiempo que reclama que estas fueran acciones pblicas y no hechos privados, costosos e inaccesibles para las familias negras. En este mismo sentido, en una misiva de octubre de 1908 rmada por Una Bayamesa con fecha octubre 27 de 1908, se resalta la importancia de la presencia femenina en el peridico y la capacidad que tienen estas de estimular a que otras mujeres se politicen y, luego de reconocer las especicidades de la lucha femenina negra, sostiene que: Nosotras no queremos permanecer por ms tiempo relegadas al olvido. Aspiramos a salir de este camino estrecho y obscuro (sic); no ser agostadas por los vendavales de la inclemencia en que almas fementidas pretenden seguir oponindonos una barrera para la adopcin de nuestras prcticas. Por otra parte, en la carta fechada el 28 de octubre de 1908, quien rma como una holguinera, y como mujer empoderada y madre de dos hijos que murieron en la guerra, denuncia la situacin de discriminacin de su esposo, un veterano de la guerra de 1868, quien no recibi los ascensos y reconocimientos que se mereca, slo por su condicin tnico racial, as como la de su hija que no consegua trabajo siendo maestra, slo por el hecho de ser negra. En rigor, el peridico haba identicado el foro abierto por las mujeres como una de las reas claves para su propia existencia. En una nota publicada en noviembre de 1909, se resalta el papel crucial que tienen las mujeres negras en la transmisin dentro del hogar de una cultura cvica y poltica, a la vez que reconoce su funcin como guas polticas de la familia. Como podemos ver, Previsin constituye una fuente invalorable a travs de la cual intelectuales y politizadas negras y mulatas intelectuales se opusieron a las imgenes que sobre ellas y sobre sus familias promovan tanto el racismo, como los legados de la esclavitud. Seguidamente, quisiera ver un caso anlogo en Ecuador en el contexto de la guerra de guerrillas afroesmeraldea que ocurri entre 1913 y 1916. Aqu, sin embargo, nos enfrentamos a una mayor escasez, dispersin y deterioro de las fuentes, por lo que una fuente invalorable la constituye la novela regional y especialmente la produccin del escritor afroesmeraldeo Adalberto Ortiz. La guerra afroesmeraldea: rompiendo el silenciamiento de la mujer negra. Luego del asesinato de Eloy Alfaro, en el Ecuador, un sector del liberalismo radical llev a cabo una guerra de guerrillas en la cual la poblacin afroesmeraldea cumpli un papel protagnico (Figueroa, 2022); esta guerra ha sido silenciada de la historia, como una muestra ms de las herencias neocoloniales y racistas que buscan invisibilizar el papel de los afrodescendientes y de otros sectores racializados y minorizados en la construccin de la nacin, y en el impulso de proyectos democrticos en favor de la igualdad. Si el silenciamiento de las acciones de los afrodescendientes es monumental, el silenciamiento y la invisibilidad es ms evidente cuando nos enfrentamos al desafo de encontrar los rastros de las mujeres en esos procesos. Al hacer un balance sobre los estudios que evidencien la relevancia de la mujer negra en la historia del Ecuador tenemos al frente una labor muy grande no solo por la escasez de estudios sino tambin por la fragmentacin de la informacin. Dentro de los trabajos encaminados a mostrar los rostros y las acciones de las afrodescendientes en la construccin de la nacin sobresalen los de Mara Eugenia Chvez, estudiosa de los levantamientos y de las causas y reclamos llevados a cabo por las esclavizadas y los esclavizados en defensa de sus derechos, aprovechando los intersticios que ofreca el sistema colonial. Chvez ha mostrado la importancia que tuvieron mujeres afrodescendientes como Martina Carrillo quien form parte de una comisin que huy y viaj a Quito en 1778 para enjuiciar a Francisco Auerreocochea por abusos de trabajo en el tiempo y las tareas asignadas, as como por sevicia y malos tratos a las esclavizadas y esclavizados de la hacienda de La Concepcin. Auerreocochea, a cargo de la administracin de haciendas jesuitas luego de que stos fueron expulsados, rompi ciertos acuerdos que la poblacin esclavizada haba hecho con la Compaa de Jess, lo que motiv su enjuiciamiento. A pesar de que Auerreocochea opt por castigar severamente a su regreso a Quito a quienes formaron parte de la comisin y, especialmente, a Martina Carrillo, la Audiencia termin reconociendo el derecho de los esclavizados, destituy al administrador de su cargo, le consc sus bienes y le hizo pagar una multa de 200 pesos y, de acuerdo con Chvez, la sentencia de la Audiencia reconoci una normativa consuetudinaria impuesta durante los siglos de gobierno jesuita, por la cual se denen los tiempos y la carga de trabajo para los esclavizados y los bsicos derechos de alimentacin y cuidado, lo que constituy el primer cdigo para regularizar el trabajo esclavo en la regin, anterior a la normativa que la Corona emite para todos los dominios americanos en 1789 (Chvez, 2010, p. 4). Por otra parte, en su tesis doctoral Honor y Libertad, Chvez (2001) indaga en los recursos jurdicos fundamentados en el honor como parte sustancial de los argumentos que hacia nes del siglo XVIII la esclavizada Mara Chiquinquir Daz utiliz para conseguir su libertad. Mara Chiquinquir utiliz las suras coloniales y su juicio mostr los ambivalentes y mviles estatus que adquira una mujer cuya condicin civil oscilaba entre la de ser libre o esclavizada, mientras los dispositivos jurdicos hacan que, en trminos identitarios, no fuera ni negra, ni blanca; ni libre, ni esclava, y apareca ms bien como una mujer que ha iniciado un viaje de movilidad social en un proceso, en el que la negociacin de su identidad y la de sus descendientes se decidir al interior de complejas relaciones de poder/saber que disean la trama de la sociedad colonial y los discursos que la signican (Chvez, 2001, p. 37). Los casos de Martina Carrillo y Mara Chiquinquir muestran la importancia de las afrodescendientes en el proceso de empoderamiento civil y de la conquista de la libertad; sin embargo, ese papel se ha invisibilizado dramticamente por la superposicin de razones de clase, raza y gnero. Otra contribucin a la que quiero referirme es al trabajo que emprenden de manera colaborativa la arqueloga Daniela Belanztegui, con la profesora y activista afrocarchense Barbarita Lara y con la antroploga Ana Mara Morales, quienes buscan recuperar la memoria social de la Hacienda La Concepcin, lugar en el cual se desenvolvieron los acontecimientos liderados por Martina Carrillo. Estos trabajos tienen un triple valor para el proceso de recuperacin de la memoria social afrodescendiente: 1) consolidan el conocimiento del papel de lderes como Martina Carrillo en la bsqueda de los derechos y la libertad para la poblacin esclavizada; 2) resaltan las etnometodologas que permiten reconocer formas especcas a travs de las cuales las mujeres afrodescendientes y los afrodescendientes en general han contribuido a conformar un corpus de lucha por la libertad por fuera de los cnones de la escritura de la cual la poblacin esclavizada y racializada ha sido excluida y 3) al articular el pasado con el presente, la metodologa colaborativa permite adentrarnos en las biografas intelectuales y polticas de dirigentes contemporneos como la misma Barbarita Lara, lo que se convierte en un ejercicio poltico que ayuda a romper la invisibilizacin consetudinaria de las contribuciones de las mujeres negras a la construccin de una nacin democrtica y participativa. En trminos metodolgicos, el trabajo de Belanztegui, Morales y Lara (2021), adems de continuar estimulando el rescate de guras como Martina Carrillo, impulsa la creacin del Museo comunitario Casa de la Historia, Refugio de los Ancestros en la Concepcin y promueve investigaciones en torno a la Escuela de Tradicin Oral Afroecuatoriana la Voz de los Ancestros. Una de las metodologas utilizadas consiste en trminos de Barbarita Lara en largas conversaciones en que analizbamos los temas pertinentes, con ancdotas y experiencias de los dos lados. A estas reuniones las llaman cochita amorosa, nombre que proviene, a decir de Ofelia Lara, de una prctica antigua en la que en noches de luna llena se sentaban en crculo a contar cuentos a la luz de la luna (Belanztegui, Morales y Lara, 2021, sp). El uso de metodologas propias encaminadas a recuperar las memorias colectivas que han venido expresndose oralmente son las que permiten aorar acciones que implementaban annimas mujeres que apoyaban la huida y el cimarronaje usando las prcticas extendidas en distintas sociedades esclavizadas, consistentes en el dibujo de rutas en los cabellos o la utilizacin del canto para la transmisin de enseanzas y tradiciones o para planear operaciones de fuga (Belanztegui, Morales y Lara, 2021, sp). El trabajo colaborativo adems de evidenciar el carcter activo de Barbarita Lara en el diseo del texto permite rememorar su propia trayectoria poltica, educativa y cultural, trazada por un destino en el que se ha combinado la lucha por los derechos de los pueblos afrodescendientes, y una clara apuesta por la lucha contra la discriminacin y desigualdad de gnero, racial y econmica (Belanztegui, Morales y Lara, 2021, sp). En el caso de la guerra afroesmeraldea (Figueroa, 2022), la evidencia de la participacin de las mujeres es casi nula. Esta guerra de guerrillas que se dio entre 1913 y 1916 supuso la participacin activa de la mujer, a diferencia del levantamiento de 1912 en Cuba que sirvi de pretexto para la masacre del Partido Independiente de Color, el cual, de acuerdo a Torres Elers (2014), por su corta durabilidad y por el hecho de que no fue concebido como un alzamiento militar sino como una movilizacin que se supona temporal, no ofreci condiciones para que hubiera requerido de una participacin sostenida de la mujer. En una serie de entrevistas que hizo Hernndez (2022) a mujeres afrodescendientes del Movimiento de Mujeres del Norte de Esmeraldas (MOMUNE), la dirigente Amanda Cortez reconoce la invisibilidad de la mujer en la guerra y de la propia guerra, lo que en su perspectiva se acenta por la falta de escritos, fotografas, lmaciones, prensa o literatura histrica que evoque la participacin particular de la mujer afro esmeraldea o indgena dentro de los hechos histricos del Ecuador (Hernndez, 2022,p. 29). Figura 2 El ejrcito del coronel Carlos Concha Torres desla por Esmeraldas Fuente: El Universo (1913) Entre las memorias fragmentadas hay evocaciones de la gura de Federico Lastra, el gran comandante afroesmeraldeo y segundo al mando despus de Carlos Concha al tiempo que las dirigentes de la MOMUNE sostienen que existe una memoria colectiva de lucha por el territorio en la que las mujeres han participado activamente y saben que, en el contexto de la guerra Las mujeres formaban las tertulias, planicaban su trabajo, preparaban caf para los combatientes y armaban grupos de apoyo, se convertan en espas, en curanderas (Hernndez, 2022, p. 29). De acuerdo con estos testimonios, las mujeres participaban activamente en la guerra y luego regresaban a sus casas, lo cual es muy factible si se toma en cuenta que la guerra ocurri en los lugares en los que vivan las familias afrodescendientes que eran una especie de pueblo en armas (Figueroa, 2022). Seguidamente, quisiera mostrar algunas interesantes evidencias del papel de las afroesmeraldeas en contextos evocativos de la guerra de guerrillas a partir de dos novelas escritas por Adalberto Ortiz, el escritor afroesmeraldeo, cuya biografa y de su familia cercana estuvo marcada por la guerra. A partir del papel de una maestra rural, en la novela Juyungo, y de la recreacin ccional, en la novela El Espejo y la Ventana, del papel que tuvo el crculo de mujeres que conformaban su familia despus de que tuvieron que huir a Guayaquil, acosados por la guerra, podremos ver cmo este autor afroesmeraldeo da un papel central al grupo de mujeres que conforma su grupo familiar matrilineal y matrifocal, caractersticas que denen a muchos de los ncleos familiares a lo largo de las Amricas. En la novela Juyungo, Ortiz hace una evocacin del lder Federico Lastra, quien tuvo un papel protagnico en la guerra de guerrillas afroesmeraldea y a quien la mayora de las noticias de la poca despolitizan y describen con estereotipos racializados. Muchas de las fuentes que apoyaban al gobierno de Lenidas Plaza describen a Lastra y a la guerrilla afroesmeraldea como un grupo de macheteros sanguinarios y canbales. Ortiz, contrariando los estereotipos, coloca como protagonista de la novela a Ascencin Lastra, sobrino cticio del lder afroesmeraldeo, quien en su saga, vive los conictos raciales, reexiona sobre ellos hasta adquirir una conciencia de clase; de joven abandona el hogar paterno, se dedica un tiempo al contrabando, pasa una temporada conviviendo con el grupo indgena de Esmeraldas, los Cayapa, y vive una serie de periplos que lo llevan a visitar una parte del Ecuador, se enamora de tres mujeres, una indgena cayapa, una maestra rural negra y sin ttulo y una blancucha, con la que tiene un hijo; hace militancia poltica, experimenta la brutalidad de la segregacin racial y reexiona sobre ella, pero es capaz de sobreponerse y adquiere una conciencia poltica que si bien incluye el problema racial no deja de lado reexiones sobre la clase y sobre el gnero. Luego de la muerte de su mujer y su hijo, en medio de un lo de tierras con un alemn, Ascencin viaja a la frontera a enfrentar la invasin peruana del ao 1951. En una clara evocacin de la guerra de guerrillas y de la muerte de Federico Lastra, Ascencin muere en la frontera, formando parte de un pelotn de republicanos plebeyos, esmeraldeos negros en su mayora, quienes pelean en la guerra y terminan derrotados, abandonados por el Estado y menospreciados por la sociedad. En su periplo nal, recibi varias visitas del fantasma de su to Federico, quien se iba agigantando en su conciencia, reconociendo as la gran importancia que tuvo en la nacin y hermanndose con l en el olvido, el desconocimiento y la incomprensin. El amor de Ascencin con la maestra afrodescendiente Afrodita se revela en unos pasajes muy breves pero muy signicativos. Ascencin la conoci cuando ambos participaban por azar en una ceremonia conducida por un embaucador que engaaba a crdulos creyentes. La posicin de Ascencin y Afrodita ante el embaucador les identic como personas crticas y abandonaron la ceremonia luego de un fuerte altercado con el embaucador. Al abandonar la ceremonia, juntos en un bote, ella le dijo: - Pues, s seor. El tal hermanito (rerindose al embaucador) no es ms que un bandido. Yo haba ido all para acompaar a mi ta, no porque creo en esas majaderas, sino que habemos todava negros zoquetes. Eso es. El a m no me tragaba porque no quise peinarlo. No ve que a todas las que peina l se las come. As como oyen: se-las-co-me. Dicen que es un colombiano que se salv del hundimiento de la isla Amarales (Ortiz, 2000, p. 117). La soltura de Afrodita relejaba su condicin: era una maestra rural, que peleaba contra los engaos a los que eran sometidos el campesinado afrodescendiente, lo que suscit el amor de Ascencin a pesar de darse cuenta de que siempre se hallaba en ocupaciones que no le permitan desarrollar nada de su pretendida conquista (Ortiz, 2000, p. 118). De manera desenfadada hace el amor con Ascencin pero decide cortar de inmediato no porque no le doliera, sino que tema por las consecuencias. Las habladuras subrepticias, la preez y la cancelacin del empleo (Ortiz, 2000, p. 118). La gura de Afrodita representa en efecto la insercin masiva de sectores populares a la educacin como resultado de la revolucin liberal (Coronel, 2022; Goetschel, 2007; Hernndez, 2022), conformando un colectivo que ayuda a combatir los estereotipos racializados sobre hombres y mujeres afrodescendientes. En el caso de la novela El Espejo y la Ventana, que el propio Ortiz considera con profundos contenidos autobiogrcos, encontramos el desplazamiento que realiza hacia Guayaquil acompaado de su abuela, una matrona blanca y sus hijas las mulatas Elvira, la madre de Mauro, el protagonista, Ruth y Delia, sus dos tas. En la vida en Guayaquil, tiene conciencia de su condicin tnico racial cuando una burguesa blanca prohbe a su hijo que juegue con l, mientras una persona fundamental en su formacin, su ta Delia, trabajadora de la tabacalera El Progreso, le hace tener sus contactos con la poltica, le permite ser testigo de la masacre del 15 de noviembre de 1922 y le abre un mundo de cuestionamientos a la religin que le ayuda a forjar una personalidad agnstica. La construccin ccional remite a importantes datos de la biografa familiar de Ortiz, en la cual, un colectivo de mujeres cumpli un papel fundamental en el quehacer poltico de la provincia de Esmeraldas sin que necesariamente impactaran en la esfera pblica. Su abuelo era el afrodescendiente Don Mauricio Baldomero Quiones, originario de Barbacoas, una de las zonas mineras ms importantes de extraccin aurfera a nivel continental, de donde se obtuvieron ingentes recursos durante el perodo esclavista y la repblica temprana de Colombia. A pesar de su condicin tnico racial, Mauricio Baldomero fue un hombre pudiente y, alrededor de 1870, se cas con Amalia Torres Carrasco, una blanca perteneciente a la poderosa elite de la provincia; Amalia era sobrina de Luis Vargas Torres, hermano de madre de Carlos Concha Torres, el latifundista blanco que aparece como la gura ms reconocida de la guerra afroesmeraldea. En la guerra, varios de los miembros de la familia apoyaron al gobierno de Leonidas Plaza, mientras otros dirigieron la guerra de guerrillas como ocurri con Carlos Concha. Mauricio y sus dos hijos optaron por el placismo, motivado, al parecer, por los desaires que recibi de la familia de Amalia y, en 1890, se cas con Cinesia Jimnez, mulata y partera conocida en toda la regin que cubra desde Barbacoas hasta Telemb. De otro lado, la abuela Amalia Torres se ubic en Guayaquil junto a Dolores, la madre de Adalberto; Mara, la ta que le politiz y le ayud a armar tabacos, Clemencia, y Sara Agripina, ambas maestras. La madre de Adalberto haba tenido relaciones con Lenidas Ortiz Sa, quien se aline con Leonidas Plaza en la guerra y sufri una depresin que la oblig a ser internada por 15 aos en un convento. Mara fue la ta que trabajaba en la tabacalera y le ense a armar los tabacos en la fbrica cuando Adalberto ingres en ella a los once aos y Sara Agripina, por su parte, fue una de las profesoras que mantuvo reunida a la familia. En El Espejo y la Ventana, Ortiz hace un ejercicio coincidente con mucha de la gran tradicin de la novela latinoamericana en la que se superponen los elementos domsticos y familiares con las problemticas que interpelan a la nacin. En su caso, sin embargo, da una relevancia a la mujer, pero no a una mujer blanco mestiza genrica que representa los arquetipos que mantienen las estructuras conservadoras de una nacin, sino que introduce el protagonismo de una mujer afrodescendiente surgida de la familia matrilocal y matrifocal, a quien describe como un agente difusor de las nociones republicanas de la virtud y de una crtica vital, encaminada a desmontar los estereotipos raciales que el esclavismo y el racismo disearon en torno a las mujeres y a los hombres afrodescendientes. Conclusiones A travs del estudio de ciertas voces de las mujeres negras en el contexto de las masacres del Partido Independiente de Color en Cuba en 1912 y de la guerra afroesmeraldea en Ecuador entre 1913-1916, este trabajo busca contribuir a revelar las contribuciones que las mujeres afrodescendientes han hecho a las luchas contra el racismo y la discriminacin, y en pos de construir sociedades basadas en el principio de la igualdad. El republicanismo negro, inserto dentro de una larga tradicin humanista construida en las periferias, ha sido fundamental en la lucha contra el racismo y contra los legados de la esclavitud y en ese proyecto las mujeres han cumplido un rol fundamental el cual ha sido especialmente invisibilizado por el patriarcalismo, as como por la discriminacin racial y de clase. Referencias bibliogrcas Almeida, Y. y Rodrguez Malagn, A. (en prensa) El pensamiento feminista y antirracista cubano. Una mirada al activismo de las mujeres desde la Repblica hasta la sociedad cubana contempornea. En Almeida, Y., Figueroa, J.A. Kemner, J. (comps.) Racismo y Republicanismo Negro en Cuba: historia y contemporaneidad. CLACSO. Balanztegui, D., Morales, A.M. y Lara, B. (2021). Cimarrona soy: aprendizajes sobre estrategias histricas de resistencia de mujeres afroecuatorianas. Praxis Arqueolgica, 2(1), 70-85. Beltrn, C. (2019). Representacin del cuerpo, el gnero y la raza en Vida y muerte de la mulata. 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