Formas territoriales de organizaci—n comunitaria que reemplazan parcialmente al Estado en el contexto de la pandemia. El caso de comunidades parte de la Uni—n de Organizaciones Negras del Norte de Esmeraldas (UONNE) Ayllullaktapura tantanahushpa Estado ruraykunata yalli shayarishpa Covid unkuyta harkarishka. Shinami kaypika Esmeraldasmanta yana runakunapa ayllullakta tantanakuykunamanta riman (UONNE mishushimikipa riksin) Territorial forms of community organization that partially replace the State in the context of the pandemic. The case of communities that form part of the Unidad de Organizaciones Negras del Norte de Esmeraldas (UONNE) Mar’a Soledad Varea solvarea@yahoo.es ORCID: 0000-0002-3309-4977 Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN); Universidad Central del Ecuador (Quito-Ecuador) Lennyn Santacruz Vega lasantacruz@uce.edu.ec ORCID: 0000-0001-6471-844X Universidad Central del Ecuador (Quito-Ecuador); Universidad Politecnica de Valencia (Valencia-Espa–a) Resumen Este art’culo aborda la forma en la que, en el territorio de Telemb’, al norte de la provincia de Esmeraldas, sus habitantes crearon sus propias formas de circular el conocimiento, se apropiaron de tecnolog’as como celulares y Revista Sarance, ISSN: 1390-9207; ISSNE: e-2661-6718 Fecha de recepci—n: 28/03/2022; fecha de aceptaci—n: 26/05/2022 133 medios digitales para informar formas de tratar el Covid a travŽs de medicina ancestral. En efecto, las medicinas otorgadas por el Estado no llegaban de forma masiva all’, por lo cual, las personas interpretaron el uso de la salud a partir de su propia cultura y lo circularon. Palabras clave: territorio; Esmeraldas; salud ancestral; salud intercultural; Covid-19. Tukuyshuk Esmeraldasmanta Telemb’ shuti ayllullaktamantami kay killkaypi rimashun. Kaymanta runakunami paypura unkuyta harkarinkapakka yachaykunata rimashpa purichiy kallarirka, shinallatak willi willikunatapash hapishpa medios digitales nishkakunapipash yaykushpa llamkay kallarirka, chaypimi paykunapa yachaykunawan imashalla Covidta hampinatapash willay kallarirka. Estadomanta riksirishka hampikunaka mana yapa chayarkachu chay ayllullaktakunamanka, chaymantami runakunaka paykunapa –awpa yachaykunatallata ahtawanpash rimay kallarirka. Sinchilla shimikuna: ayllullaktakuna; Esmeraldas; –awpa hampiy yachaykuna; kawsaypurachik hampiy; Covid-19. Abstract This article addresses the means by which the inhabitants of the territory of Telemb’ in the north of the province of Esmeraldas created their own ways of circulating knowledge and appropriated technologies such as cell phones and digital media to inform ways of treating Covid through ancestral medicine. In reality, government.furnished medicines did not reach the province at a massive level, as a result of which the people generated and circulated health solutions based on their own culture. Keywords: Territories; ancestral health; Covid-19; Esmeraldas; intercultural health; marginal community. Formas territoriales de organizaci—n comunitaria que reemplazan Revista Sarance, N¼ 48 parcialmente al Estado en el contexto de la pandemia. (junio - noviembre 2022) 1. Introducci—n Este art’culo aborda la forma c—mo se resolvi— el Covid-19 en los territorios rurales durante la emergencia sanitaria. Se argumenta que las zonas alejadas de los centros urbanos enfrentaron diÞcultades para obtener medicinas e informaci—n culturalmente adecuada respecto a la salud. La atenci—n estatal estuvo centralizada en las grandes ciudades como Quito y Guayaquil. Ahora bien, las zonas rurales como Telemb’ crearon sus propias formas de circular el conocimiento y muchas veces se apropiaron de tecnolog’as como celulares y medios digitales con el Þn de difundir saberes que permitieran enfrentar la enfermedad. En efecto, las medicinas no llegaban de forma masiva all’, por lo cual, las personas interpretaron el uso de la salud a partir de su propia cultura y lo circularon. As’, en este texto, se mostrar‡ la interpretaci—n del uso de la aspirina que se mezcla con plantas medicinales para curar el Covid-19 y la circulaci—n de esos saberes hacia otros territorios a travŽs de celulares y videos de youtube. Para analizar esta problem‡tica usaremos la categor’a de Òm‡rgenes del EstadoÓ. Aquella se reÞere a la presencia parcial del Estado en los territorios alejados. En el caso de estudio presentaremos que aquella lejan’a se expresa en el mŽdico rural, quien proporcionaba la informaci—n oÞcial, y los actores habitantes de las comunidades quienes a veces eran parte del Estado, en especial Municipios y Juntas Parroquiales, y, a la vez, pertenec’an a movimientos ciudadanos que se enfrentaban al Estado. Pero, adem‡s, nos referiremos a la Òorganizaci—nÓ comunitaria que permiti— elaborar el conocimiento y transmitirlo. Finalmente, se abordar‡ el Òuso de plantas medicinalesÓ pues las personas tuvieron la oportunidad de regresar a los conocimientos concebidos como ancestrales. La pregunta que resolveremos en este art’culo es: Àde quŽ manera las categor’as de Estado marginal, organizaci—n, uso de plantas explican la circulaci—n de conocimientos a travŽs de tecnolog’as? Para resolver el estudio recurrimos a la metodolog’a cualitativa. Realizamos 15 entrevistas en el territorio y las analizamos en el programa NVIVO segœn categor’as te—ricas como m‡rgenes del Estado, saberes ancestrales, uso de tecnolog’as, las cuales que fueron discutidas previamente en el equipo de investigaci—n. 2. Metodolog’a La metodolog’a utilizada es cualitativa, se realiz— un recorrido por el territorio del norte de Esmeraldas, y se decidi— que el foco de atenci—n fuera la comunidad de Telemb’. Se llevaron a cabo 15 entrevistas a profundidad, previamente se dise–— un formulario en base a las variables propuestas a continuaci—n: Figura 1 Elementos conglomerados por similitud de palabra Fuente: Elaboraci—n de los autores. De las 15 entrevistas realizadas a distintos informantes claves que se desenvuelven en todo el territorio, es decir, profesoras de escuela, activistas por los derechos de la naturaleza, funcionarios y funcionarias del Municipio y Juntas Parroquiales, canoeros, mœsicos, entre otros. Los testimonios respecto a los c—digos se contabilizaron de la siguiente manera: Figura 2 C—digos Nombre Archivos Referencias del tema en las entrevistas ORGANIZACIîN 1 4 USO DE TECNOLOGêAS 1 5 uso de plantas 1 5 Los m‡rgenes del Estado 1 7 Fuente: Elaboraci—n de los autores. Se analiz— la frecuencia de palabras o referencias respecto a la codiÞcaci—n propuesta basada en conceptos, para luego analizar la relaci—n que tienen unas variables con otras. Finalmente, bas‡ndose en los c—digos Formas territoriales de organizaci—n comunitaria que reemplazan Revista Sarance, N¼ 48 parcialmente al Estado en el contexto de la pandemia. (junio - noviembre 2022) propuestos, se analiz— la historia de vida de una de las dirigentes de la comunidad, la misma que actu— como creadora de estas formas de curaci—n, pero con el apoyo organizativo de su comunidad. 3. Zona de Estudio Las personas entrevistadas pertenecen a la Uni—n de Organizaciones del Norte de Esmeraldas, el estudio se concentr— en Telemb’ que est‡ ubicado en la frontera con Colombia, en el extremo noroccidental del Ecuador, al borde del OcŽano Pac’Þco. Segœn el censo de poblaci—n del Ecuador del 2010, en la provincia de Esmeraldas viven m‡s de 81 mil personas, el 68,25% de la poblaci—n es afrodescendiente y el 10,85% en ind’gena. En total, casi el 80% de la poblaci—n total es afroecuatoriana o ind’gena, la mayor’a de la cual vive en la cuenca del r’o Santiago Ð Cayapas, territorio ancestral de ambos grupos por m‡s de 400 a–os. Por otra parte, Esmeraldas posee el ’ndice m‡s alto de deforestaci—n del Ecuador (Sierra, 2013), siendo la principal causa la expansi—n de las plantaciones de palma que han aumentado su superÞcie de cultivo en 8000% en la œltima dŽcada (Mac’as y Lapierre, 2014). Adem‡s, la actividad minera, en los œltimos a–os, ha contaminado gravemente la cuenca del R’o Santiago Ð Cayapas (CID PUCESE, 2011). El avance de las actividades extractivistas, segœn varios autores, afecta a las comunidades por el tr‡Þco ilegal de tierras comunales (Minda, 2012; Mac’as y Lapierre, 2014; Mac’as, 2014; Ant—n S‡nchez, 2015), despoja a las comunidades de sus tierras y luego paga salarios baj’simos en un contexto de debilitamiento de los medios de vida por los impactos ambientales de esta industria (menos pesca, menos caza, menos recursos). En cuanto a los ’ndices sociales en estos territorios, se observa la escasez de oportunidades econ—micas y educacionales (en muchos lugares los j—venes deben emigrar para terminar los estudios secundarios, adem‡s no hay educaci—n superior en ambos cantones), es decir que se trata de un c’rculo vicioso de la din‡mica territorial que se vuelve m‡s agudo debido a la vulnerabilidad geopol’tica de la provincia, especialmente su frontera. La zona cuenta con presencia cada vez m‡s permanente de Grupos Irregulares Armados de Colombia (GIAC) asociados al narcotr‡Þco. La Fiscal’a General del Estado (Fiscal’a General del Estado, 2014, pp. 17, 18) reconoce y analiza la presencia de los Urabe–os, las FARC y las çguilas Negras en Esmeraldas. La implementaci—n de los acuerdos de Paz en Colombia trae justamente la incertidumbre de la reorganizaci—n de las relaciones de poder en torno al narcotr‡Þco y otras actividades il’citas, lo que se ha traducido en algunos episodios de violencia y desplazamiento en la frontera. En tŽrminos geopol’ticos, el norte de Esmeraldas sigue siendo una zona estratŽgica y de permanente inßuencia de las GIAC, lo que explica los altos ’ndices de violencia. Finalmente, se presenta el mapa de Telemb’, territorio ubicado en el Cant—n Eloy Alfaro en donde habitan afrodescendientes e ind’genas chachis. All’ es donde se realizaron la mayor parte de entrevistas. Figura 3 Mapa de la comunidad Fuente: Elaboraci—n de los autores. 4. Resultados 4.1. Estado del arte Respecto a los estudios sobre afrodescendencia, Covid-19 y saberes ancestrales durante el Covid-19, se han encontrado dos tipos de estudios, los Formas territoriales de organizaci—n comunitaria que reemplazan Revista Sarance, N¼ 48 parcialmente al Estado en el contexto de la pandemia. (junio - noviembre 2022) primeros se basan en la necesidad imperante de que los Estados reconozcan la importancia de los saberes ancestrales y formas de organizaci—n de pueblos y nacionalidades ind’genas y afrodescendientes para enfrentar la pandemia mundial. Los segundos, desde una perspectiva de econom’a pol’tica, analizan las desventajas estructurales que han tenido que enfrentar los territorios rurales racializados durante la pandemia, en estas œltimas perspectivas no es suÞciente la existencia de recursos naturales y medicina ancestral, pues existe un racismo estructural que ocasiona mayores vulnerabilidades en el caso de las poblaciones afrodescendientes. Los primeros estudios a los que nos hemos referido coinciden en que el conocimiento ancestral de los pueblos ind’genas y afrodescendientes basado en cosmovisiones propias y aplicados en territorios rurales por diferentes agentes tradicionales de salud como por ejemplo comadronas y los curanderos, a travŽs del uso de plantas medicinales, han sido usados durante la pandemia Covid-19 en territorios comunitarios y ancestrales. Frente a ello, si bien los Estados deber’an reconocer dentro de sus pol’ticas pœblicas emergentes la existencia, vigencia y eÞciencia del uso de medicina ancestral y las formas comunitarias de organizaci—n, con el Þn de terminar con el Covid-19, existe un proceso de patrimonializaci—n de la sabidur’a ancestral que no necesariamente beneÞcia a los territorios (Acosta, 2020; ONU, 2020; Curier, 2021). Por otra parte, est‡n los estudios que mencionan la vulnerabilidad de pueblos y nacionalidades ind’genas y afrodescendientes durante la pandemia, debido principalmente al racismo ambiental producido por las din‡micas globales en los territorios. Esta perspectiva nos informa que, a pesar de que las multinacionales o las grandes farmacŽuticas o empresas permean a pueblos afrodesendientes, existen en medio de ello din‡micas propias. Entonces, si bien hay una imposici—n global de medicalizaci—n en el contexto del Covid-19 las formas de curaci—n son ancestrales, propias y basadas en un conocimiento local. Esta perspectiva nos invita a pensar en la necesidad de comprender las din‡micas territoriales afrodescendientes en el Ecuador que han sido m‡s discriminadas por los poderes globales y nacionales durante el Covid-19, pues existi— un olvido del Estado a nivel territorial. Respecto a esto, hay una serie de cr’ticos del anti-racismo, as’, Omi y Winant (1994, p.23) se–alan que Òel Žnfasis recae en el trabajo pr‡ctico de desmontar esas jerarqu’as raciales cuando son evidentes en las instituciones, en la vida interpersonalÓ, etc. pero ponen el Žnfasis en el reto de presentar un mundo que se ha liberado del racismo. Esta compleja situaci—n responde a lo que Omi y Winant (1994) han caracterizado como un proceso de formaci—n racial en donde se ha dado un v’nculo entre estructura y representaci—n. ÒUn proyecto racial es simult‡neamente una interpretaci—n, representaci—n o explicaci—n de la din‡mica racial, y un esfuerzo para reorganizar y redistribuir los recursos de acuerdo con l’neas raciales espec’ÞcasÓ (p. 56). Para este caso, el proyecto racial conecta la ideolog’a de lo que es ser ÒafrodescendienteÓ es decir una pr‡ctica discursiva particular que organiza las experiencias cotidianas en torno a este discurso. Omi y Winant a–aden que Òla raza no es una raz—n moralmente admisible para tratar a una persona de manera diferenteÓ, no obstante, la poblaci—n afro del norte de Esmeraldas est‡ sometida a condiciones marcadamente diferentes que el resto de la poblaci—n ecuatoriana, pues esta no tiene acceso a recursos indispensables, adem‡s vive bajo amenaza de perder sus territorios. A diferencia del resto del Ecuador, en esta zona, las leyes y sentencias de las cortes de justicia no se cumplen, especialmente durante el Covid-19. Entonces, ser’a imperante prestar atenci—n a las dimensiones raciales de la estructura social, en este caso la actividad y la pol’tica del Estado, ya que sus acciones develan que ha tratado a las poblaciones discriminatoriamente de acuerdo con su raza, reconocer esta primera premisa nos lleva a inferir que el Estado debe tomar medidas activas para reparar las acciones discriminatorias durante la pandemia, pues, de lo contrario se continœa con el mismo proceso diferencial y racista. (Omi y Winant, 1994, p. 57). Ahora bien, segœn nuestra perspectiva, es indispensable retomar estas dos posiciones te—ricas alrededor de las formas territoriales de enfrentar la pandemia, para lo cual presentaremos una serie de variables que nos permitir‡n entender lo que sucedi— en los territorios del norte de Esmeraldas. 4.2. Marco te—rico 4.2.1. Organizaci—n En cuanto a la variable ÒOrganizaci—nÓ, es decir las formas c—mo las comunidades enfrentaron la pandemia, nos hemos basado en la propuesta de Arturo Escobar (2021). Escobar se reÞere a que las consecuencias de la pandemia producida por el Covid-19 podr’an ser la recomunalizaci—n de la vida y la autonom’a territorial. Propone as’ que durante esta crisis sanitaria se da Òla condici—n nos—trica del serÓ, la misma que pasa por concebirnos como interrelaci—n, as’ se reÞere a c—mo en los territorios rurales prevaleci— la Žtica del cuidado, Formas territoriales de organizaci—n comunitaria que reemplazan Revista Sarance, N¼ 48 parcialmente al Estado en el contexto de la pandemia. (junio - noviembre 2022) la compasi—n como principio de vida, comenzando por la casa, el lugar, y la comunidad, esto no para aislarse sino para un compartir mayor y m‡s aÞanzado desde la autonom’a, para la comunicaci—n y la compartenciaÓ. Para el autor frente a la racializaci—n de los territorios (Bonilla, 2021; Zaragoc’n, 2021; YŽpez, 2021) con escasa presencia estatal, se elaboran una serie de formas de sobrevivencia. Sobre este mismo punto la organizaci—n comunitaria produjo la relocalizaci—n de las actividades sociales, productivas y culturales, de manera que Escobar (2021) anota que a partir de la crisis econ—mica y sanitaria se restablece plenamente la importancia de lo local por lo tanto se relocalizan distintas actividades y arraigo en lo local. 4.2.2. Reapropiaci—n y uso de la tecnolog’a Segœn anota Escobar (2021), la tecnolog’a que hab’a destruido las distintas formas de vida e incluso hab’a ido contra una vida signada por un consumo casi angustiante expresado en la profunda dependencia de las tecnolog’as digitales y en los cuerpos-injerto que nos hemos ido labrando a travŽs del uso ubicuo de celulares, laptops, aud’fonos, ÒappsÓ y ÒalexasÓ, durante la crisis sanitaria se subvierten completamente nuestras autonom’as personales y colectivas, con nuestra complicidad y para nuestro aparente benepl‡cito (Escobar, p. 202). Por su parte Barbero (2015) se reÞere al proceso de comunicaci—n en AmŽrica Latina, regi—n en la cual se dio una relaci—n entre el Estado y los movimientos sociales a travŽs de unos medios de comunicaci—n siendo estos œltimos agentes pol’ticos e ideol—gicos. Lo que nos interesa en este art’culo es la referencia que el autor hace a las tecnolog’as en los territorios, expone algunos ejemplos de formas culturales que constituyen maneras de informar, estas van desde grupos afrodescendientes musicales, pero tambiŽn radios comunitarias y cine, en este trabajo se propone que las mujeres utilizaron las tecnolog’as con la Þnalidad de transmitir conocimientos alrededor del uso medicinal, as’ por ejemplo hicieron videos en la plataforma youtube que circularon v’a sus celulares, en ellos se relata el uso de la aspirina y de plantas que ayudan a combatir el Covid-19. As’, en lugares habitados por mujeres racializadas y etnizadas, dicha pol’tica signiÞca adentrarse por las rutas pac’Þcas que ellas trazan para reconstruir y cuidar los territorios y mantener vidas dignas. En este sentido la Þl—sofa Elba M. Palacios en su trabajo con las mujeres negras afrodescendientes (munac) de Cali aÞrma que: Òen sus territorios las mujeres han sido paridoras de vida y reexistenciasÓ (Palacios, 2018, p. 143); las munac nos ense–an que Òre-existir indica algo m‡s que ÔresistirÕÓ (Palacios, 2018, p. 150); re-existir involucra crear, transformar y conquistar autonom’a en defensa de la vida, en cimarronaje, reconstituyendo las humanidades negadas. Desde este entramado, las munac Òintuyen c—mo crear tejido comunitario, con la di‡spora hist—rica, con los movimientos sociales de las comunidades y sus construcciones de mundoÓ (Palacios, 2018, p. 150). Esta —ptica feminista antirracista es esencial para entender y fortalecer procesos de re-comunalizaci—n y relocalizaci—n en muchas localidades (Lozano, 2019). 4.2.3. Uso de plantas Ahora bien, esta propuesta Þlos—Þca dialoga con la idea de Ochy Curiel (2021) quiŽn nos invita a reinventar el concepto de patrimonio, el mismo que ha sido construido por organismos internacionales y el Estado con la Þnalidad de la preservaci—n y conservaci—n de la cultura. As’, quienes lo inventaron fueron expertos que representan el Estado naci—n, organismos internacionales, raza y clase blancas que tienen ventajas e ideas patriarcales y eurocŽntricas que priorizan el folclore, patrimonio inmaterial. El concepto de patrimonio entonces es creado por hombres, adultos, eurocŽntricos y elites que deÞnen quŽ es y no es patrimonio, en deÞnitiva, es racista. Porque deja de lado aquellas ontolog’as relacionales de los pueblos que son vivas y no pertenecen al pasado, entonces para la autora, aquello que comen, trabajan y crean estos pueblos es parte de un tejido vidas de seres, espiritualidad de entornos, cerros, r’os, animales son fundamentales para la reproducci—n de la vida. El hecho de que se reconozca la cultura a travŽs del multiculturalismo liberal es decir a las culturas como particulares desde una perspectiva del folclor para que Estados-naci—n se sientan responsables Þnalmente avalan las expresiones del mercado como por ejemplo la apropiaci—n de las medicinas ancestrales, expresiones culturales ancestrales. Adicionalmente, hoy por hoy, existen monopolios empresariales que no permiten que peque–os artesanos se beneÞcien de estos procesos. Entonces por una parte el Estado patrimonializa los mismos territorios que por otra parte son concebidos como mercanc’as, en los cuales est‡n presentes proyectos extractivistas donde se extraen materias primas para el mercado mundial, los beneÞcios econ—micos se concentran en Žlites, despojo de territorios y bienes comunes de pueblos originarios. Es una estrategia de despojo. En lugares de conßictos armados como es el norte de Esmeraldas, est‡ la masa de pueblos afros. As’, el racismo se traduce en c—mo las poblaciones afrodescendientes, Formas territoriales de organizaci—n comunitaria que reemplazan Revista Sarance, N¼ 48 parcialmente al Estado en el contexto de la pandemia. (junio - noviembre 2022) son reconocidas mediante la etnicidad en las constituciones o en los discursos estatales mientras son despojados por el mismo Estado. En este sentido, la propuesta decolonial consiste justamente en evitar patrimonializar y m‡s bien disputar memoria viva que evite la apropiaci—n de saberes por parte de Estados e industrias transnacionales. Pues estos pueblos han resguardado sus din‡micas comunitarias con o sin Estado (Ochy Curiel, 2021). Entonces este estudio se basa en mirar los saberes ancestrales que utilizaron los pueblos afrodescendientes para curarse en ausencia del Estado desde el punto de vista de la cultura viva. 4.2.4. M‡rgenes del Estado Segœn la perspectiva de Pole y Das (2015), la etnograf’a constituye una forma de conocimiento que privilegia la experiencia por lo tanto ofrece una perspectiva œnica en aquellos territorios que no son de f‡cil dominio social, y en donde se desvanece el Estado. Esta categor’a resulta inmensamente œtil para pensar en los territorios, pues all’ nos encontramos entre el centro y la periferia, lo pœblico y lo privado, lo legal y lo ilegal. Entonces, el Estado es una presencia fantasmag—rica que moldea el sentido y la forma que el poder toma en cualquier sociedad. En el caso espec’Þco del territorio estudiado, la Þgura del Estado estaba expresada en un mŽdico odont—logo que sostuvo la pandemia, pero tambiŽn en Þguras que pertenec’an a la Junta Parroquial pero a su vez eran activistas en contra de la miner’a y que tra’an informaci—n de los poblados m‡s cŽntricos hacia los territorios rurales o ten’an la posibilidad de grabar recetas que proven’an de informaci—n estatal pero que se mezclaban con el uso ancestral de plantas y recursos naturales presentes en sus huertos. As’, podemos mirar claramente la relaci—n entre centro y periferia y comprender, tal como aÞrman Pole y Dass, cu‡les son las tecnolog’as del poder que intentan manejar y paciÞcar estas poblaciones a travŽs de la fuerza y a travŽs de la pedagog’a de la conversi—n, intentando transformar a estos sujetos rebeldes en sujetos legales. Entonces, a travŽs del estudio de la pandemia en los territorios podemos analizar aquel espacio entre los cuerpos, la ley y la disciplina, la colonizaci—n de la ley por medio de las disciplinas y especialmente por la medicina, para deÞnir lo normal, para cuestionar la vida. 4.3. An‡lisis Ahora bien, analizaremos c—mo se expresaron estas categor’as te—ricas en los relatos de las personas. Por una parte, contabilizamos a travŽs de la herramienta Òmarca de nubeÓ del programa NVIVO, la frecuencia de las palabras utilizadas de acuerdo con las variables acordadas: Figura 4 Repetici—n de c—digos Fuente: Elaboraci—n de los autores. As’, podemos observar que la frecuencia de la palabra ÒcomunidadÓ, la misma que est‡ ligada a la organizaci—n tal y como la deÞnimos, tiene mayor importancia que otras en los discursos. Pero tambiŽn el ÒsubcentroÓ que ser’a la representaci—n del Estado, as’ como la Junta Parroquial tambiŽn. Es as’ que el Estado, a pesar de su presencia fantasmag—rica, est‡ presente en los relatos y vivencias de las personas. Por otra parte, durante esta Žpoca, la enfermedad se convirti— en el centro del relato de la vida de las personas. Luego de la referencia a la organizaci—n podemos observar que el Òuso de plantasÓ es muy frecuente en los discursos emitidos. As’, por ejemplo, las palabras ÒmontesÓ y ÒhierbasÓ se reÞere al uso constante de vegetaci—n utilizada para curar el Covid-19. Formas territoriales de organizaci—n comunitaria que reemplazan Revista Sarance, N¼ 48 parcialmente al Estado en el contexto de la pandemia. (junio - noviembre 2022) Como ya se mencion—, el Estado, pese a tener una presencia marginal, est‡ muy presente en el discurso de las personas, aquel se expresa en las palabras Òsubcentro parroquialÓ, ÒmŽdicosÓ, ÒDoctorÓ, ÒpruebasÓ. Ahora bien, en la categor’a Òuso de la tecnolog’aÓ, si bien no es un tema recurrente en las 15 entrevistas realizadas, lo analizaremos a travŽs de la historia de vida a una dirigente comunitaria quiŽn cumpli— con el rol de cuidadora durante la emergencia sanitaria y circul— la informaci—n que proven’a de canales oÞciales, del mŽdico rural y de los saberes ancestrales. En el siguiente testimonio podemos observar la forma en la que circula la informaci—n de plantas y alimentos tradicionales al interior de la comunidad Bueno (É) el problema era de que hab’an familias que ten’an en este caso el ÒdiscancerÓ. Otras no lo ten’an. Entonces yo iba que me regalaran el discancer. Aquella persona muchas a veces dec’an: Òoye pero si tœ tienes en tu casa, en tu casa tienes lim—nÓ, a veces yo dec’a Òs’Ó. ÒYa pues, reg‡lame el lim—n, o vŽndeme el lim—nÓ. O sea, entre nosotros busc‡bamos la forma c—mo ayudarnos, que en otros lados le llaman el trueque. Nosotros ac‡, anteriormente le dec’amos trueque, pero la gente œltimamente llama a decirÉ ÒCambio de manosÓ es cuando tœ limpias, Àno? Sabemos decir mucho, Òcuando yo tenga, yo te doy, y cuando tœ tengas, tœ me das; o si me dan la planta, oye, siŽmbrala para que, si a m’ se me muera, tœ la tienesÓ. En esa forma. Y la gente ah’ us— muchas plantas que se las tra’a en cajas, porque la gente se iba al monte y de lo que encontraba en el monte, ven’a trayendo. Y lo œnico que descubrimos que a los que les pas— una gripe con una planta, con esa planta, a otros no, a otros era con otra planta. A veces nos recet‡bamos las mismas, pero a veces no funcionaba. (Entrevista 4, 2021) Pero aqu’ lo importante es que la gente pas—. La gente pas—. La gente lo que comenz— a consumir en cantidad era el lim—n, el ajo, a verÉ lim—n, ajo, ajinjible, la naranja. Del lim—n se utilizabaÉ la guayabaÉ Entonces se utilizaba el fruto, la hoja, lo mismo de la naranja, La gente se ba–aba con la hoja de la naranja. La gente se ba–aba con el mismo lim—n, con la hoja del lim—n. La otra planta tambiŽn que œltimamente se decidi— a usar much’simo fue la araley. Hay un ‡rbol en el monte que se le dice ÒaraleyÓ. (Entrevista, 4, 2021) S’. Es amargo. Es bueno para el paludismo. Entonces la gente empez— a usar mucho el araley, el Marco AndrŽs, otra que le llamaban Òdoctor en casaÓ. Porque son plantas amargas. Y descubrimosÉ. Porque anteriormente nuestros ancestros, ellos curaban la gripe era con aguas, con hierbas amargas. Entonces la gente ahora vuelta la gente comenz— a tomar aguas amargas. Y como que si la guayaba, el lim—n todo eso se usaba, era como complemento para vitaminas y todo eso. TambiŽn se comenz— a hacer en las tardes el caliente deÉ y eso creo que era en la mayor’a de las casas: la limonada hervida. Y se comenz— a usar la aspirina. Que antes yo ayer en Borb—n, y chuta me olvidŽ era de haberme tra’do una aspirina. La aspirina efervescente. (Entrevista 4, 2021). As’, en base a las instrucciones de una habitante que ten’a contacto e informaci—n con el centro, en la periferia se utilizaban una serie de medicinas que resultan de una mezcla de las instrucciones occidentales y oÞciales como la aspirina y la medicina tradicional como por ejemplo las yerbas amargas, la guayaba o el lim—n. Ahora bien, esta informaci—n trascendi— a la comunidad a travŽs de la tecnolog’a llamada por la informante como el ÒbochincheroÓ que es el telŽfono celular, a travŽs de mensajes, llamadas y videos ella pudo llevar su conocimiento h’brido hacia Guayaquil en donde hay una comunidad migrante del norte de Esmeraldas en donde la pandemia tuvo mucho impacto tanto de salud como econ—mico. As’ la entrevistada aÞrma ÒUno tiene amigos en Guayaquil, en QuitoÓ a quienes ella comparte la informaci—n a travŽs de tecnolog’as: Entonces ellosÉ uno se conectaba y conversaba con ellos, y ah’ me dec’an Òoye, tœ tiene la aspirinaÓ. A m’ me dijo una amiga: Òamiga, comienza a tomar la aspirinaÓ. Y este doctor que vino cuando los otros se enfermaronÉ Esa era la primera pastilla que Žl recetaba porque Žl dec’a que la aspirina era anticoagulante y lo que esa gripe lo que hac’a era coagular. Entonces la aspirina no permit’a que se coagule, sino que comenzaba la circulaci—n. Y yo le digo que yo creo que la mayor’a por ac‡ por donde yo m‡s lo vi, la gente la aspirina. Cuando no, la aspirina de ni–os, porque yoÉ la aspirina de ni–os, yo pon’a a hervir mi agua y no ten’a la efervescente, entonces ya mi aspirina de ni–osÉ y esa agua me tomaba. Entonces y ya despuŽs otra vez me llam— otra amiga y me dijo Òoye mŽtete a YouTube que ah’ tambiŽn est‡ lo de las aspirinas, entonces mucha gente comenz— a meterse a YouTube. (Entrevista 4, 2021) As’, se utiliz— el youtube como un medio tecnol—gico a travŽs del cual se circula y transmite informaci—n, no solo a Guayaquil sino tambiŽn Òa otros pa’sesÓ. Y comenzaban a pasarÉ la gente de otros pa’ses y del mismo Ecuador se curaban con algo, y sub’an. Entonces la gente tambiŽn comenzaba a hacer las pr‡cticas. Y tambiŽn uno muchas veces sub’a porque yo sub’ eseÉ que en Guayaquil tambiŽn hay un lugar que le llaman a ese doctor Icaza. Ay se me fue el nombre tambiŽn. C—mo es que es el nombreÉ y yo eso sub’ y ya despuŽs en Guayaquil muchos amigos me llamaron y me dec’an: ÒMarlene, excelenteÓ. (Entrevista 4, 2021) Se trat— de informaci—n que, segœn la persona entrevistada, fue œtil para curar el Covid-19 dentro de la comunidad y en otras ciudades y pa’ses. As’, se gener— una red informativa y curativa desde adentro hacia afuera. Efectivamente, Formas territoriales de organizaci—n comunitaria que reemplazan Revista Sarance, N¼ 48 parcialmente al Estado en el contexto de la pandemia. (junio - noviembre 2022) la informaci—n disponible en el huerto y la racionalidad curativa y ancestral sali— del territorio a travŽs de tecnolog’as propias de la globalizaci—n: Yo sub’, pero de ah’ lo bajŽ. El arbolito ese no me recuerdo ese d’a nom‡s botŽ unas ramas que ten’a aqu’. Ese es un ‡rbol, y ese ‡rbol siempre en Esmeraldas hay uno, que se me va el nombre, c—mo es que llama este ‡rbol. Y ese ‡rbol hay ah’ en el cuartel, en los militares. Ah’ est‡ ese ‡rbol. Y despuŽs en Esmeraldas tambiŽn como la gente sub’a a YouTube, no sub’a nom‡s informaciones y en Esmeraldas se volvieronÉ eso es, ese ‡rbol, el Neem de Arabia. Para esta gripe. Y en Guayaquil, mucha gente que ya no se pod’a parar, con el Neem de Arabia. O sea, uno coge un poquito de Neem y lo pone a hervir, hace un ba–o. Le pone el neem, le pone unas hojas de eucalipto, le pone un poquito de manzanilla, y le exprime tres limones, y le deja que enfr’e un poco. De ah’ ya lo que est‡ tibiecito. Nosotros llamamos Òpunta de —rguineÓ. Entonces, uno saca su vasito para tomarse, toma sus tres tragos y se ba–a. Sino coge tres hojitas, porque no se puede poner mucho, pone sus tres hojitas y las apaga. Y le exprime ah’ bastante lim—n, una hojita de eucalipto, y ya se va a acostar y se toma. Ya, entonces fue algo de que yo me inventŽ y me inventŽ. Me inventŽ. Me inventŽ y ya pues, yo dec’a: ÒDios m’oÓ. LlamŽ a una amiga a Colombia y ella me dice: Òmadre, mi madre ya no pod’a, pero no sŽ si all‡ haya el Neem de Arabia, y con eso ella se recuper—Ó. El Neem de ArabiaÉ comencŽ a investigar quŽ es ÒNeemÓ. EntoncesÉ pero ella no me dijo del resto de las plantas, s—lo ella me habl— del Neem. Y complementŽ con las otras plantas. Le agreguŽ m‡s plantas. El eucalipto es bueno para descongestionar. La manzanilla es buena para desinßamar. Pero esa manera ac‡ hay mucha genteÉ y despuŽs los chachis, cuando descubrieron de ese Neem, los chachis con esoÉ o sea el Neem en Atahualpa ten’an un se–or de que era un pol’tico y lo mataron. De noche se iban los chachis a coger para que no los vieran. Llevaban a su casa. Porque en Santa Mar’a s’ hubo unos casos de una familia que estuvieron bien malitasÉ porque todav’a veo a un compa–ero que lo veo bien bajo de pesoÉ Pero yo le digo que no puede ser normal eso, porque desde que pas— esa temporada, ese tiempo, uno deber’a de estar as’, bajo. Le digo que cuidado sea la glucosa, peroÉ. Y en este r’o te digo que cada persona tiene su propia historia para curarse. Porque a unos les daba, pero otros mismos hac’an sus experimentos. (Entrevista, 2021) A continuaci—n, se mostrar‡ un cuadro en el que se pueden observar las redes de informaci—n, los recursos utilizados para transmitirla y los territorios hacia donde llegaron, respondiendo as’ a la pregunta de investigaci—n: Àde quŽ manera las categor’as de Estado marginal, organizaci—n, uso de plantas, explican la circulaci—n de conocimientos interculturales a travŽs de tecnolog’as? As’, podemos observar c—mo, en el centro del estudio que es la comunidad de Telemb’, se genera informaci—n producida por el uso ancestral de plantas y huertos, pero tambiŽn por la presencia marginal del Estado personiÞcado en un mŽdico del sistema de salud pœblica. TambiŽn se nota que la relaci—n centro-periferia propuesta por la conceptualizaci—n de los m‡rgenes del Estado inßuye en el uso de tecnolog’as para transmitir informaci—n local hacia ‡mbitos de ciudades centrales como es Guayaquil, pero tambiŽn a territorios ind’genas como el chachi, y al ÒextranjeroÓ. Finalmente, la categor’a Òorganizaci—nÓ evidentemente inßuye en el uso de tecnolog’as y en la elaboraci—n de videos en donde no solo observamos formas comunitarias de aglomerar y sistematizar la informaci—n de salud a nivel interno sino tambiŽn redes de conocimiento global. Figura 5 Redes de informaci—n, recursos y territorio. Fuente: elaboraci—n propia 5. Conclusiones En este art’culo se ha mostrado el resultado de un trabajo etnogr‡Þco realizado en las comunidades al norte de Esmeraldas, centrado principalmente en la comunidad de Telemb’. La pregunta que nos hemos planteado es Àde quŽ manera las categor’as de Estado marginal, organizaci—n, uso de plantas, explica la circulaci—n de conocimientos a travŽs de tecnolog’as? Se lleg— a la conclusi—n de que efectivamente las categor’as te—ricas de m‡rgenes del Estado, organizaci—n comunitaria y uso de plantas medicinales ancestrales inßuyeron en la circulaci—n de conocimientos que fueron transmitidos v’a telŽfonos celulares, mensajes de texto, pero sobre todo por la plataforma youtube, en donde se subi— una serie de conocimientos alrededor de plantas presentes en los huertos de la comunidad que adicionalmente se mezclaban con la utilizaci—n de la aspirina, esta œltima proporcionada por el mŽdico rural comunitario. Formas territoriales de organizaci—n comunitaria que reemplazan Revista Sarance, N¼ 48 parcialmente al Estado en el contexto de la pandemia. (junio - noviembre 2022) As’, se observ— una organizaci—n que trascend’a al territorio rural, las formas curativas sal’an de all’ para circular por territorios chachis, hacia Guayaquil, en donde la poblaci—n afrodescendiente fue duramente azotada por el Covid-19, y al extranjero. De esta manera, en las comunidades al norte de Esmeraldas, en donde habita la poblaci—n m‡s empobrecida del pa’s y afectada por el extractivismo y racismo, segœn la informaci—n de entrevistas hechas en este estudio del personal de salud (entrevistas, 2021), el impacto fue menor que en las ciudades. Para conÞrmar esta hip—tesis se han recogido los testimonios cualitativos de actores que lideraron las acciones frente a la crisis del Covid-19, en aquellas, se recuerda las mœltiples formas de activaci—n territorial frente a la escasez de medicinas y pol’ticas pœblicas por parte del Estado. As’, las formas de organizaci—n pol’tica y comunitaria de estos espacios fueron las que dieron respuestas concretas, aquellas se basaron en el cierre de fronteras, organizaci—n de alimentos, uso y circulaci—n de plantas, asambleas, todo aquello que entrar’a en el concepto de recomununalizaci—n. Si bien los datos cuantitativos se han centrado en las zonas urbanas, en este estudio hemos analizado las memorias y testimonios de actores clave, los cu‡les nos pueden dar cuenta de que las formas de vida ancestrales, tal como ya anunci— la ONU, pueden enfrentar una pandemia como la del Covid-19. 6. Referencias bibliogr‡Þcas Acosta, M.L. (2020) Impacto del COVID-19 sobre el medio ambiente: t—picos para reßexionar. En J.M. (Ed) COVID-19, el caso de Nicaragua: Aportes para enfrentar la pandemia. Edicion II. Serie: Ciencia, tŽcnica y sociedad, Academia de Ciencias de Nicaragua. Agamben, G. (1998). Homo Sacer. El poder soberano y la nuda vida. Pre-Textos. pp. 93-134. -(2005) Estado de excepci—n Homo sacer, II, I . Adriana Hidalgo editora. Andrews, G. R. (2004). Afro-Latin America, 1800-2000. Oxford University Press. Andrews, G. R. (2016). Afro-Latin America: black lives, 1600-2000. Harvard University Press Anderson, M. (2002). ÀExiste el racismo en Honduras? 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